El espejo excepcional

El espejo excepcional

Recorrido por una ciudad real y una ficcional

EL LOGRO. Bellomo escribe su novela con un virtuosismo hoy inusual. EL LOGRO. Bellomo escribe su novela con un virtuosismo hoy inusual.
08 Octubre 2017

NOVELA

CITA EN RABAT

GABRIEL BELLOMO

(Alción - Córdoba) 

Andrés Maillard, escritor empedernido, recorre dos ciudades: la real y la de ficción. Y su recorrido inusual es visitado por una mujer ausente: Sara, esa mujer que ama y que no puede dejar de amar.

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El libro de Bellomo es la respuesta imaginada, bella y original a unas preguntas cruciales: ¿cómo contamina la ficción a la realidad? ¿De qué forma se modifica la realidad que está bajo los efectos de la ficción? ¿Qué perdura en la ficción de esa realidad atroz?

Los hechos que narra la novela podrían ser considerados mínimos: un hombre ha sido el infeliz testigo de un hecho cruel y fatídico: el asesinato de su amada. En la pesquisa no solo se enfrenta a sus fantasmas sino a las dificultades que los fantasmas producen. Quizás por esta concisión fundamental, Cita en Rabat está escrita con un virtuosismo inusual. Bellomo narra una y otra vez las variaciones sobre un conjunto de hechos que estructuran el libro y que le otorgan una dosis de excepcionalidad. El escritor Andrés Maillard no solo sigue la huella de su amada y de la búsqueda infatigable del asesino de su amor perdido sino que, además, escribe una novela que replica la lógica de los hechos pero en un destino diferente, quizás exótico: Fez, una ciudad marroquí.

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La estructura de la novela procede según el orden de la falsa duplicación, de ese espejo idílico y de ese espejismo propio de la ficción. El personaje real, el escritor Andrés Maillard (que es el mismo y que es el otro) escribe un libro ficcional sobre su propia realidad. Es decir, estamos ante la ficción que duplica la ficción (como en Shakespeare) en la que la ficción adquiere la ambigüedad y la potencia propia del juego de espejos. Pero esta ambigüedad no solo es especular y sugestiva sino que, además, produce un efecto de combinación y paralelismo novedoso, asfixiante.

Entonces, Gabriel Bellomo trabaja con la lógica víctima-vengador-asesino que se replica en la ficción dentro de la ficción. Dicho esquema sería pusilánime y baladí si no estuviera escrito con una prosa que no desmerece el fuego de la poesía. De este modo, la novela de Bellomo desnuda el proceso por el cual un hábil escritor-personaje construye la trampa que lo salva y lo introduce en el abismo.

Con una prosa única, envolvente y sinuosa, el exquisito Gabriel Bellomo construye una novela original y leve, virtuosa y extrañamente serena, de una serenidad que provoca admiración y azoro. Por eso les pido que lean esta novela: no solo los deslumbrará por el artificio magnífico sino por la poesía que inunda la prosa como agua benefactora.

© LA GACETA

Fabián Soberón

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