Traiciones, venganzas, crímenes y vidas sórdidas

Traiciones, venganzas, crímenes y vidas sórdidas

Acontecimientos reales contados desde la la ficción

EN LA FRONTERA. El autor avanza con acontecimientos reales contados desde la perspectiva de la ficción.  EN LA FRONTERA. El autor avanza con acontecimientos reales contados desde la perspectiva de la ficción.
27 Agosto 2017

POLICIAL

EL VENGADOR DEL HAMPA

RICARDO CANALETTI

(Random House - Buenos Aires) 

Un periodista gráfico horada el archivo del diario en que trabaja y da con una historia de hampones de medio siglo atrás. Le llama la atención que uno de ellos se haya suicidado sobre la tumba de su esposa, busca pormenores de la banda de los hermanos Prieto: traiciones, venganzas, pistoleros de vidas sórdidas, vividas al límite, en el vértigo, fuera de la ley pero protegidos por ella.

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Junto a Alfredo, el archivero (de quien se revelará recién en el final un secreto inesperado, que solo podría discernirse a través del espacio en que trabaja), llegará hasta dar con los vicios del comisariato policial, los vínculos con la represión y desaparición previos a la Dictadura.

En El vengador del hampa, Ricardo Canaletti –conductor televisivo de programas periodísticos policiales, autor de una serie de recopilaciones de casos criminales argentinos- avanza con acontecimientos reales contados desde la perspectiva de la ficción, en dos tiempos narrativos: el presente, en una primera persona entre aventurera, jocosa y angustiada; y el pasado, contado con la distancia de una tercera persona que de todos modos no evita ciertas intromisiones.

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El eje histórico gira entre dos polos: los 50 y 60, y los años que van de 2001 a 2005, con la violencia estatal de primera mitad de los 70 como nexo. Entre ambos, la corrupción, que en el presente -ese museo de grandes novedades- repite el pasado.

Toda trama, al fin, quedará reducida a una cuestión filial, de relación entre hermanos. El mismo Canaletti se lo pregunta: “¿cuál debía ser el personaje? ¿El Loco (que comanda la pandilla de matones) o la banda de policías asesinos que después formaron la Triple A?”.

Quizás podrá criticársele a la novela la demora en detalles insulsos y una forma poco depurada, excedida en onomatopeyas y modismos que no hacen a la noción de estilo. Pero El vengador del hampa bien podría ubicarse, en una biblioteca virtual, junto a El hombre que murió dos veces, de Enrique Sdrech, Alguien quiere ver muerto a Emilio Malbrán, de Jorge Fernández Díaz, o el Evaristo Meneses de Vicente Battista en Cuaderno del ausente.

© LA GACETA

Hernán Carbonel

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