El reclamo de la Orquesta Juvenil por las becas

El reclamo de la Orquesta Juvenil por las becas

Suelen decir los abuelos que el hilo siempre se corta por lo más delgado ante un problema de envergadura. Cuando hay desequilibrio en las finanzas, una de las primeras medidas que toma la clase dirigente es podar o inmovilizar los presupuestos de las áreas que se consideran superfluas o de menor importancia. La cultura es con frecuencia una de las víctimas preferidas y por lo general, ocupa los últimos puestos entre las prioridades del Estado.

Hay organismos culturales que dan prestigio a una institución no sólo por su labor artística, sino también educativa. Es el caso de la Orquesta Juvenil de la Universidad Nacional de Tucumán. El viernes pasado, en el acto de conmemoración del Día de la Independencia, integrantes de ese conjunto, integrado actualmente por 50 músicos, se constituyeron en la puerta del rectorado de la casa de altos estudios para reclamar por el pago y la actualización de los montos de las becas y lo hicieron interpretando obras de su repertorio.

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Los jóvenes músicos dijeron que el pago se viene efectuando de manera muy irregular. “La semana pasada nos pagaron dos meses juntos correspondientes a abril y mayo, pero siempre viene con retraso”, afirmó un violinista.

Pero lo más preocupante de esta realidad es que desde 2011 no se modifica el monto de $900 que se les abona a los chicos, dinero que es totalmente insuficiente para cubrir el mantenimiento de los instrumentos. Por ejemplo, un encordado de violín cuesta alrededor de $ 1.500, uno de violonchelo, $ 2.000; los instrumentos de viento necesitan un service una vez al año y eso cuesta $ 5.000. El dinero que perciben de manera irregular sólo les sirve para cubrir los gastos de transporte.

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La protesta de los chicos no es nueva. Hace unos meses las autoridades universitarias se comprometieron a mejorar la situación de los becarios, pero esto no ocurrió, según los jóvenes. “Pese a que hay comunicación entre la orquesta y la rectora, siempre hay promesas que nunca se cumplen”, dijo el violinista.

Por iniciativa del entonces del rector de la Universidad Nacional de Tucumán, Eugenio Flavio Virla, de su secretario de Extensión Universitaria, Ricardo Somaini, y del director orquestal Emir Saúl, la Orquesta Juvenil fue creada el 28 de marzo de 1985. Cinco años después, se hizo cargo de la batuta el violinista Gustavo Guersman, que en forma ininterrumpida la dirige hasta la actualidad. El organismo musical desarrolló bajo su dirección diversos proyectos, como una gira a Chile; realizó conciertos no convencionales junto a Fito Páez, Miguel Ángel Estrella, Gerardo Gandini, Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto, entre otros; así como ciclos de conciertos didácticos en todas las escuelas de la provincia. El conjunto celebró sus 25 años con una gira por Italia: actuó en la Universidad La Sapienza de Roma y ofreció conciertos en Perugia, Umbría, Nápoles, Badía y Udine.

“La orquesta tiene una doble función: hacia adentro, trabajo, docencia y aprendizaje, en íntimo trabajo con la partitura; y la otra es cómo se ve desde afuera, donde se genera la extensión”, dijo en una ocasión su director.

Hace seis años que no se actualiza el monto de las becas con el agravante de que los pagos son con cierta frecuencia anormales; pese a ello, en ese tiempo, el conjunto ha seguido adelante por el amor a la música de los chicos y el tesón de su director, actitudes que deberían ser tenidas en cuenta por las autoridades universitarias a la hora de reordenar su descalabro financiero. ¿Cuál es el mensaje que se les está dando a estos 50 jóvenes? ¿Que su labor y esfuerzo por aprender no valen? ¿Esa es la respuesta que les da la Casa de Juan B. Terán?

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