La voz de Cielo Razzo ya no cree en la rebeldía del rock

ACTÚA HOY
• A las 23, en Robert Nesta Club (en San Martín 1.121).

“La protesta o la rebeldía estúpida sin base no me conmueven ya; me conmueve más la gente que sufre por las inundaciones, por ejemplo, pero no veo al rock por ese lado”.

Pablo Pino es el cantante de Cielo Razzo, banda rosarina que lleva más de 20 años en la escena pero que ya no se reconoce del under. “Estamos yendo más seguido por Tucumán, por suerte se nos está haciendo costumbre, porque hay gente que espera nuestra música”, le dijo a LA GACETA durante una entrevista telefónica.

El grupo, que también integran Diego Almirón (guitarra y coros), Fernando Aime (guitarra), Cristian Narváez (bajo) y Javier Robledo (batería y coros) se presentará esta noche haciendo un recorrido por sus temas, en especial de los discos “Sideral” y “Tierra Nueva”.

Pino pidió a los asistentes que concurran con alimentos y elementos de limpieza para que la producción del espectáculo pueda distribuirlos entre los afectados en el sur de la provincia.

- Han pasado más de 20 años. ¿El grupo cambió su música?   

- Sí, son veintipico… Creo sinceramente que el hecho de hacer música es estar constantemente buscando una manera y una forma, más allá de las modas y de los géneros. Soy consciente de que es mi herramienta en el mundo para subsistir, y es algo que agradezco, porque es lo que más me gusta hacer. Siempre estamos buscando nuestra palabra, nuestra frase, nuestra manera de comunicar. Fuimos aprendiendo estos años y cambiando la manera de acercarnos a la gente. Pasa que si no llega a nadie lo que uno hace, no sirve. El esfuerzo es llegar a buen puerto, que es la gente. La música es un elemento del mensaje, así lo entendemos nosotros.

- ¿Y cuál es el mensaje?

- El mensaje es una manera de cómo encarar la vida. Nuestro lugar de trabajo es la pasión, el amor; somos una banda que en todo este tiempo se convirtió en una familia, en una comunidad. Estamos juntos porque nos gusta lo que hacemos. Tenemos química cuando subimos a un escenario y nos seguimos divirtiendo mucho. También confiamos mucho el uno en el otro a la hora de tocar. Resaltamos el amor, aunque suene un poco cursi, y damos nuestras batallas contra el ego y el individualismo, que son los grandes males. Hablamos de las cosas cotidianas en nuestras composiciones, porque somos comunes. Disfrutamos mucho de la sencillez y de la simpleza,

- El rock dejó de ser protesta, de rebeldía…

- A esta edad ya no me conmueve esa rebeldía vacía, estúpida… La industria ha transformado todo y la música se ha vuelto una mercancía. Y nadie escapa a eso. Me conmueve esa gente que se inundó, y seguramente vamos a colaborar. Hay muchas familias que la están pasando mal.

- El under quedó atrás.

- Ya no somos una banda del under. Para nosotros fue como el potrero. Nuestra música ya pasó por ahí y lo disfrutamos. Hemos crecido profesionalmente, aunque nuestro espíritu siga ahí

- Lo que ocurrió en Olavarría, ¿cómo lo viste?

- Para nada creo que se lo pueda acusar al Indio Solari; como dijo Andrés Calamaro, es de los nuestros, en todo caso fueron los productores. Ahora están utilizando eso para ocultar cosas, para silenciar. Fijate que ahora a La Renga no la dejaron tocar.