La economía tucumana en 2016: cuál fue la mirada de los economistas locales

La economía tucumana en 2016: cuál fue la mirada de los economistas locales

La provincia inició 2017 arrastrando una complicada base, con presión fiscal elevada y caída del consumo.

La economía tucumana en 2016: cuál fue la mirada de los economistas locales
30 Enero 2017
Las expectativas por una recuperación en 2017 predominan el escenario económico local. Sin embargo, Tucumán arrancó este nuevo año arrastrando una base complicada, con caída del consumo, presión fiscal alta y sin corrección, pérdida del poder adquisitivo y la obra pública estancada.

Consultados por LA GACETA, diferentes economistas coincidieron en que la economía tucumana no escapó a la situación general del país respecto del descenso del consumo “en casi todos los sectores”, entre otros indicadores.

“El 2016 no fue un buen año, al menos en términos económicos para nuestra provincia. La anunciada lluvia de inversiones nunca llegó y la pérdida del poder adquisitivo se hizo sentir frente a una inflación cercana al 40%”, dijo Abelardo García, presidente del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán (Cgcet).

Según el directivo, la recesión económica del último año afectó la marcha de la recaudación de la Provincia, lo que obligó a llevar a cabo una austera política en materia de erogaciones, especialmente en la obra pública y en la política de inversiones de capital.

“A pesar que la recaudación provincial alcanzó, según los informes de la Dirección General de Rentas, los $ 10.772 millones, representando un incremento del 36% interanual, estuvo por debajo de la inflación. Esto demostró la caída del consumo. El 80% de los ingresos fiscales provinciales provienen del impuesto sobre los Ingresos Brutos (IB). Este impuesto continúa poniendo en la vidriera a Tucumán como una de las provincias de mayor presión fiscal del país, que además es distorsivo y conspira contra el sector productivo, las inversiones y la economía en general”, explicó García.

“Es un impuesto que está íntimamente ligado a los ciclos económicos, poniendo en riesgo la recaudación provincial cuando decrece la actividad, tal como sucedió el año pasado”, añadió el titular del Cgcet.

Por su parte, el economista Federico Moreno señaló que el porcentaje de incremento de la recaudación en IB se ubicó en línea con el aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del sistema nacional, aunque remarcó que, en términos reales, se registró “un escenario de caída” con relación al año anterior. “La inflación, según el IPC Congreso, fue del 40,3%. El resultado se vio influenciado por una caída en el nivel de actividad económica”, explicó.

“De acuerdo a los estudios que realizan periódicamente algunas consultoras, Tucumán continúa ocupando los primeros lugares en cuanto a presión fiscal efectiva. Desde hace años, desde las entidades intermedias se viene solicitando una reforma integral del código tributario a efectos de brindar mayor seguridad jurídica, y leyes que fomenten las inversiones productivas en la provincia. En diciembre de 2016 se aprobó una ley de fomento, pero que solamente resultaría aplicable para empresas muy grandes -tienen que generar más de 200 empleos-, y únicamente en los rubros salud, educación y tecnología”, coincidió.

Indicadores

Entre los economistas consultas esperan que la economía nacional crezca en 2017 y que “se establezcan políticas tendientes a la radicación de inversiones y al fomento del consumo interno”, ya que las PyME dependen del mercado interno, en particular.

Pero en 2016 el gasto público, que representa un 40% del PBI, ha vuelto a incidir en la actividad económica. “La consecuencia inmediata es tener un sistema tributario agresivo sobre el consumo y la producción. De ahí la sistemática pérdida de competitividad de la economía y los fuertes condicionantes para su crecimiento. En este contexto, las economías regionales se vieron afectadas por elevados costos logísticos, alta carga tributaria en los sectores productivos, pese a la eliminación de retenciones, un tipo de cambio real muy ajustado, esto es no hay demasiado holgura cambiaria y precios de exportación que se mantienen e incluso muestran una moderada tendencia bajista”, expresó el economista Eduardo Robinson.

A pesar de ello, el año pasado se confirmaron medidas económicas que beneficiaron a la provincia. Robinson destacó el incremento de dos puntos porcentuales (de 10% a 12%) el corte de bioetanol para la industria azucarera, lo que representó para Tucumán $ 1.000 millones, y el aumento de los precios internacionales del azúcar. También señaló el impacto de los festejos por el Bicentenario en el turismo local y el buen año de la agroindustria citrícola, con subas de los precios externos de la fruta fresca y sus derivados. “Tales factores harían que las exportaciones de Tucumán lleguen a rondar los U$S 1.100 millones, lo que supone un incremento del 22%”, destacó.

“Tal como puede observarse, la economía de la provincia, si bien estuvo enmarcado en el proceso recesivo argentino, tuvo factores exógenos que mitigaron sus efectos. Sin embargo, continúa entre la provincias con mayor presión fiscal del país, lo que quedó evidenciado en que para que haya inversiones, por ley tuvo que permitir que un par de emprendimientos estén exentos de impuestos Lo que es una arbitrariedad manifiesta para todas las empresas que operan en Tucumán”, ratificó Robinson.

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