“La Chancha” apenas si puede moverse

“La Chancha” apenas si puede moverse

Lloró y pidió no estar presente en el juicio.

AYUDA. Una profesional le toma la presión a Rubén Ale durante el juicio. AYUDA. Una profesional le toma la presión a Rubén Ale durante el juicio.
17 Diciembre 2016

Rubén “La Chancha” Ale fue el último imputado en llegar al TOF. Llegó en una ambulancia y al menos tres gendarmes le empujaron la silla de ruedas con la que ingresó a la sala. Lo acompañaba su mujer, María Florencia Cuño, y un profesional de la salud que estuvo siempre a su lado.

Antes de que comenzara el debate y después de haber recibido el saludo de su hermano Ángel, charló con su hijo Ángel Adolfo Ale y otros allegados. Otro momento emotivo fue cuando su ex mujer María Jesús Rivero se arrimó, le dio un beso en la mejilla y le acarició el rostro. También le susurró algo. Nadie pudo escuchar lo que le dijeron, pero sí descubrieron que por esas palabras “La Chancha” volvió a llorar.

Rubén, según su defensor Carlos Valera Soria, sufre de obesidad mórbida, mal de Parkinson, apnea de sueño e hipertensión arterial. El profesional, antes de que comenzara la lectura de la imputación de los acusados, insistió ante el Tribunal que le permitieran regresar a su domicilio porque tenía un pico de presión, pero los jueces lo desestimaron porque aseguraron que contaba con la asistencia médica necesaria. Sí le cambiaron la silla de ruedas para tener más comodidad.


González se refugió en
el afecto de su esposa
González se refugió en el afecto de su esposa

Fabián González siempre impuso respeto por ser la mano derecha de Rubén “La Chancha” Ale y ocupar el cargo de tesorero de San Martín desde 2006 hasta 2011. Hombre de pocas palabras y de malos tratos, ya lleva encerrado más de dos años en el penal federal de San Salvador de Jujuy. Ayer, después de un largo tiempo, volvió a pisar su tierra natal.

Su apariencia física también llamó la atención de varios de los allegados al Clan Ale. El encierro, según confiaron varios allegados, le “tiró varios años encima”. Ni el peinado moderno que mostró le sirvió para disimular cuánto lo afectó la prisión.

Durante la primera audiencia, decidió sentarse a la par de su esposa María Esther Picone, mujer que también está imputada en la causa, aunque siguió el proceso en libertad por decisión de la Justicia Federal.

Mesurado, sólo habló con su esposa. Ni se movió cuando ingresó a la sala su ex jefe. Él y Picone consumieron una buena cantidad de líquido a lo largo de la audiencia. Se sentó en la última fila como si quisiera pasar desapercibido.


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Dilascio fue un espectador de lujo durante el debate

Vestido con una remera a rayas y un pantalón chupín mostaza y unas flamantes zapatillas blancas, Roberto Dilascio fue el imputado que menos habló durante toda la audiencia que se desarrolló en el Tribunal Oral Federal.

Sólo habló con su pareja María Jesús Rivero, quien le además le convidó el agua mineral que había mandado a comprar y galletas azucaradas. Intercambió algunas palabras con sus defensores (Gustavo Atim y Ernesto Baaclini), pero evitó cruzar miradas con Ángel “El Mono” Ale y con otros imputados en la causa. En su rostro sí se dibujó un gesto de sorpresa cuando observó ingresar a Rubén “La Chancha” Ale.

El supuesto titular de la Gerenciadora del NOA, que se hizo cargo del fútbol profesional de San Martín durante varios años, se sentó a la par de Rivero, con quien conversó muy pocos. Tampoco hubo muestras de cariño, lo que alimentaron rumores de ruptura.

Aburrido por la lectura de la imputación bostezó en más de una oportunidad y cambió en más de una oportunidad la posición en su asiento.

“La Jesús”, demacrada, quiso ocultarse de las fotos

Dejó con la boca abierta a los curiosos que la vieron llegar al TOF. Sin las vestimentas de lujo que solía usar, sin los anteojos de sol que servían para taparle las ojeras y con un andar cansino, no el arrollador de otros tiempos, a María Jesús Rivero los años de encierro la afectaron mental y físicamente. Los pañuelos descartables que llevó le sirvieron que para secarse las lágrimas que derramó en más de una oportunidad.

Prácticamente no saludó a nadie, ni siquiera le dio un beso a Roberto Dilascio, pero sí le convidó el agua mineral y las galletas azucaradas que mandó a comprar.

La ex vicepresidenta de San Martín, intentó taparse el rostro primero y después agachar la cabeza cuando descubría que un fotógrafo pretendía retratarla. En cuarto intermedio, se dio un frío abrazo con Ángel “El Mono” Ale.

Durante la primera audiencia, “La Jesús sólo entabló conversación con Dilascio y con María Florencia Cuño, actual pareja de Rubén “La Chancha” Ale. Ambos pidieron autorización para ir al baño. Les dieron permiso, pero a ella la esposaron, mientras que a su compañera no.

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