Hallan el escondite de drogas de los “Garra”

Durante tres noches -viernes, sábado y ayer- efectivos del 911 se apostaron en la calle San Luis, al frente de la casa de “Garra”, para pacificar la zona. Se trata de un hombre que sería el líder de un clan que se encuentra investigado por la Justicia Federal por narcomenudeo. También allí viven sus hijos, que se encuentran detenidos por contravención policial en la comisaría 13° desde la noche del jueves, cuando amenazaron a vecinos y policías que se encontraban reunidos en la avenida Alem al 1.400 por la inseguridad en la zona. Los vecinos dijeron ante LA GACETA y ante las autoridades policiales, que creían que gran parte de los robos de la zona eran cometidos por jóvenes adictos a los estupefacientes que salían a delinquir para comprar un “papel”.

Tras las amenazas, fueron detenidos tres hijos de “Garra”, un menor y dos mayores. Ante esta situación, unas 50 personas se presentaron en la seccional y de forma muy violenta, exigieron su liberación. La tensión y las agresiones llegaron a un punto en el que los efectivos de allí tuvieron que pedir la presencia de Infantería. Las cinco personas más violentas de la multitud también quedaron tras las rejas. Eran cuatro hombres y una mujer. Esta última, también hija de “Garra”.

El presunto líder de la banda, un hombre que se encuentra en silla de ruedas, también estuvo allí y profirió insultos contra los policías e incluso provocaciones. Sin embargo, durante las tres noches que el 911 se posicionó afuera de su casa, “no dijo una palabra”, según un efectivo que estuvo allí y que pidió la reserva de su nombre.

Fuentes policiales confirmaron que el único que pudo salir del calabozo fue el menor, un adolescente de 17 años, por orden del Juzgado de Menores. Este último estaría nombrado en la causa por la muerte de María de los Ángeles Ramallo, una joven que en noviembre de 2015 quedó en medio de un tiroteo entre “Los Garra” y “Los 30”, el otro grupo que se dedicaría al narcomenudeo en la zona y al que algunas fuentes judiciales ligaron a José “Pico” Peralta, el hombre que se escapó de la comisaría de Delfín Gallo en septiembre.

Precisamente, el único liberado de los detenidos fue acusado nuevamente por amenazas al otro día. “Estábamos con mi marido y una vecina. El pasó y comenzó a insultarnos. Cinco minutos después volvió en un auto con otros cinco. Todos se levantaron las remeras y en la cintura tenían armas”, confió Cintia, una de las vecinas que estaba presente en la reunión por seguridad.

El búnker

“Los Garra” volvieron a estar en el centro de la escena como en 2013, cuando se descubrió que una policía de la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop) les proveía de información clasificada. Por esta razón, nunca les habían podido encontrar ni un solo gramo de alguna sustancia ilegal hasta ese momento. Luego de la detención de la mujer policía, les realizaron cuatro allanamientos y en todos habrían encontrado drogas, incluso en el que se hizo tras la muerte de Ramallo. Ahora, se conocieron imágenes del presunto búnker.

Una fuente policial señaló a LA GACETA que la casa a la que llegó el 911 “ahora la usan como vivienda, pero cuando comenzaron allí vendían la droga”. Sin embargo, según la misma fuente, hace un año habrían cambiado de estrategia.

“Ellos compraron una casa que está pegada al canal, en Matheu y pasaje Alberdi, al costado de la vía. Es una vivienda que parece abandonada y que no tiene puertas en el frente. Se ingresa por una escalera y luego hay un orificio en la pared que lleva adonde tenían los estupefacientes que luego vendían en el barrio”, señaló el investigador.

El escondite fue encontrado cuando uno de los vendedores llevó hasta ahí a la Policía. Había cometido un robo y lo estaban persiguiendo. Con la idea de perder de vista a los patrulleros se metió en la casa-búnker. Los efectivos los siguieron y encontraron la escalera y el hueco de la pared que llevaba hasta donde estaba la droga.