08 Junio 2016
Con el correr de los días al frente de la gestión, el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo fueron acercándose al presidente, Mauricio Macri. Al parecer, en la medida en que mejoraron los lazos con la administración del PRO-Cambiemos fueron empeorando los vínculos con el kirchnerismo. En un principio, el referente de La Cámpora en Tucumán, el ex legislador Jesús Salim, había desembarcado como funcionario de la Casa de Gobierno. Al poco tiempo pasó a integrar la flota de asesores de la Presidencia de la Legislatura, bajo la órbita de Jaldo. Todo venía bien hasta marzo pasado. Los tres diputados nacionales por Tucumán alineados a Cristina Fernández de Kirchner, Mabel Carrizo (esposa de Salim), Marcelo Santillán y Alicia Soraire, votaron en contra del proyecto de acuerdo por el pago a los fondos buitre. Esta postura fue a contramano de los demás diputados nacionales oficialistas, que -en el marco de un acuerdo político tácito- avalaron la iniciativa del macrismo. Cuentan que desde aquel día Manzur y Jaldo fueron enfriando sus vínculos con Salim. Incluso, habría existido una conversación entre el vicegobernador y el referente kirchnerista con respecto a la votación de la polémica. Al parecer, hubo una frase del dirigente de Famaillá que agotó la paciencia de Jaldo. “Yo me debo a Cristina y a Máximo (Kirchner)”, advirtió Salim, reconociendo como líderes a los patagónicos. Al poco tiempo, el kirchnerista se marchó del equipo de asesores de Jaldo. En el movimiento “K” aseguran que el futuro de Salim podría estar en el Instituto Patria, la fundación que comanda la ex Presidenta y que tiene sede en Buenos Aires. No sería extraño, debido a su buena relación con Máximo.
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