Cinco opciones para aprovechar el sábado con una caminata

Cinco opciones para aprovechar el sábado con una caminata

La GACETA te ofrece información de sendas que no están lejos de San Miguel de Tucumán y que son una tentación.

SENDA AL TAFICILLO. FOTO TOMADA DE Wikiloc.com SENDA AL TAFICILLO. FOTO TOMADA DE Wikiloc.com
22 Abril 2016
Si querés aprovechar este sábado y hacer una caminata para disfrutar del sol y del contacto con la naturaleza, te proponemos cinco destinos que están a mano y que son de fácil acceso:

1- Cumbre de El Taficillo
El ascenso es largo pero la recompensa lo vale. Desde la cumbre de El Taficillo, punto más alto de las Sierras de San Javier, se obtiene un panorama inigualable de los cerros que se ven al norte y al oeste de la capital de Tucumán, las Sierras de Medina y Sierra del Campo. Para llegar, hay que subir desde 800 metros de altura hasta los 1.872 de la cumbre. 

Al sendero se puede acceder desde la ciudad de Tafí Viejo, por la calle Uttinger hacia el oeste, desde la toma de agua, o entrando por un costado de la vieja Hostería de Tafi Viejo (allí se pueden dejar los autos). A mitad de camino, unas tres horas de marcha, o menos- se encuentra el lugar donde estaba el puesto de Doña Nina Velárdez -"la guardiana del cerro". Se recomienda hacer la caminata acompañado o en grupos.


2- La Cascada de Río Noque
Escondida en el extraordinario paisaje del cerro San Javier, la Cascada de Río Noque presenta un cuadro magnífico y, sobre todo, refresca a los turistas que se animan a caminar entre los frondosos arbustos y enredaderas de la selva de Las Yungas para llegar. Forma parte de la reserva natural "Parque Sierra de San Javier", que pertenece a la Universidad Nacional de Tucumán.

Quien quiera afrontar el desafío de internarse en la espesa vegetación para acceder a la cascada, deberá tomar avenida Aconquija, en Yerba Buena, y subir por la ruta 340 hacia el cerro San Javier. Una vez allí, deberá continuar por esa ruta en dirección norte -o seguir el camino hacia el valle de La Sala, hasta encontrar los viejos monoblocks de la Ciudad Universitaria. 

Casi inmediatamente después, el viajero descubrirá un cartel a la izquierda de la ruta que indica el acceso al Río Noque. Desde ahí, una senda, perfectamente demarcada con barandas de madera, lo guiará hacia la fascinante caída de agua. Luego de poco más de 20 minutos de descenso, en los que el turista podrá descubrir encantadores rincones de la reserva natural, se llega a la Cascada, donde el agua se escurre entre enormes piedras para finalmente caer en un piletón natural en el que se puede nadar. 


3- El túnel de la Quebrada de Lules
A cuatro kilómetros del centro de Lules está el balneario, en donde comieza el recorrido. Su playón final es el punto de salida para los aventureros. Unos metros más adelante, la vegetación empieza a atrapar al camino y lo convierte en una senda cada vez más angosta.

El terreno transforma el paseo en un trekking de mediana dificultad cuando aparece el primer obstáculo: el río Lules se interpone en el trayecto. Se lo cruza una sola vez, pero su presencia es constante. Es como Dios: no se lo ve, pero dicen que siempre está. Con el río pasa lo mismo. Una vez que los ojos lo pierden, el sonido del agua recuerda su presencia. De ahí en más, la naturaleza se despliega. La Madre Tierra se viste sólo de verde y, en conjunto con los árboles, empieza a quitarle protagonismo -no del todo, obviamente- a la luz del día. 

El conducto de hormigón es oscuro y con agua que llega abajo del tobillo, más barro. Para descender hay una escalera que se apoya en uno de los muros, de una altura de más de dos metros, con escalones de hierros muy finitos. Hay que bajar siempre de frente hacia la pared y es recomendable que el más habilidoso del grupo sea quien traslade las mochilas en varias bajadas. En los cuatro kilómetros hay una salida de luz que puede ser un buen punto de descanso. Para caminar es bueno llevar un palo, a modo de bastón, para controlar si hay pozos. Hay que ir atentos porque el barro es muy resbaloso y conviene evitar las caídas. Salir del túnel es más complicado: se sale por un cuadrado que tiene menos de un metro cuadrado.


4- Las cascadas de la Reserva Provincial Aguas Chiquitas 
En el reino del color verde, en medio del monte tucumano, a tres kilómetros de El Cadillal, dos escondidas cascadas son irresistibles imanes para los amantes de la aventura. Los más osados no dudan ni un segundo en pintar su ropa de color tierra al trepar por las paredes y transitar por frondosos senderos para llegar hacia allí.

La reserva provincial Aguas Chiquitas se encuentra en la región oriental de la provincia, sobre las Sierras de Medina y cuenta con una superficie de 3.165 hectáreas. Se llega al inicio de la travesía por la autopista (ruta nacional 9) que permite acceder hacia el dique El Cadillal, ubicado a media hora de esta capital, hacia el norte.  


5- Senda "Puerta del Cielo", en San Javier
“La Puerta del Cielo” se encuentra dentro del Parque Sierra de San Javier, un área protegida. Antes de iniciar el recorrido el caminante se va a encontrar con las viejas vías del funicular. Un viejo anhelo que en la década de 1940 proponía unir el pedemonte con la cima del cerro. El proyecto nunca terminó de concretarse, pero las vías quedaron allí y hoy resultan una curiosidad que ya se integró al paisaje. 

Un cartel de madera da la bienvenida a la senda. A partir de allí el visitante se enfrentará a una subida que a buen ritmo puede llevarle una hora y media o dos. No es difícil y hasta la pueden hacer los niños en compañía de un adulto. Solo hay que tomar algunos recaudos antes de arrancar. 

La cartelería ubicada en el lugar indica que la dificultad es media. La subida puede llevar dos horas a un ritmo tranquilo, pero constante. Quienes tienen más práctica los hacen en media hora o 50 minutos, lo que es un excelente promedio.

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