19 Enero 2016
La primera edad, que va desde la concepción hasta los primeros cuatro años de vida, es esencial para la vida biológica y psicosocial del niño. Sin embargo, las políticas no siempre apuntan a favorecer a las personas de esta edad. En la Argentina, si bien se ha avanzado mucho en la erradicación de la pobreza, los más pequeños siguen siendo los más pobres del sistema social.
Un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) consigna: “la pobreza por ingresos de los niños de entre 0 y 4 años es mucho mayor que la que afecta a la población total”. Señala que en 2012, 48,6% de las madres y 47,6% de los padres que vivían con sus hijos formaban parte del 30% de los hogares con menos ingresos per cápita familiar. Sin embargo, solo 12,5% de las mujeres y 11,7% de los hombres sin hijos pertenecían a ese grupo.
No solo pertenecen a un hogar más pobre sino que además tienen desventajas frente a la población en general: en el segundo semestre de 2014, 21,6% de los niños era pobre y 9,2%, indigente, frente a 12,9% y 5,5% de la población general.
El estudio denuncia que entre la primera infancia persisten los déficits nutricionales y las muertes infantiles evitables. La tasa de mortalidad entre niños menores de cinco años se ubicó en 13 en 2015, y la tasa de mortalidad infantil en 11, en ambos casos por debajo del promedio de América Latina y El Caribe (18 y 15, respectivamente). Sin embargo, la reducción de las muertes en la Argentina (del 54% en ambos casos respecto de 1990) fue menos pronunciada que en la región (del 66% y 65% respectivamente desde 1990).
Maternidad infantil
A diferencia de las tendencias internacionales, en la Argentina la tasa de fecundidad adolescente aumentó de 30,5 por cada 1.000 mujeres de entre 10 y 19 años en 2001, al 35,3 en 2011. En 2012, 12,3% de las mujeres de entre 15 y 19 años tenía un hijo o estaba embarazada.
La responsable del Programa de Protección Social del Cippec, Malena Acuña, sostiene que la realidad socioeconómica y los patrones reproductivos están vinculados: “así se genera una relación circular entre demografía y desigualdad. Si la situación inicial fue desfavorable, se generan ciclos viciosos en los que las familias quedan atrapadas de generación en generación”, explica la experta.
Alimentación
El documento afirma que en 2014 el 10,5% de los niños de dos a cinco años tenía déficit simultáneo en el consumo de frutas, verduras y lácteos, y más de la mitad consumía inadecuada o insuficientemente verduras, frutas o pastas y arroz.
El estudio concluye que a pesar de los avances alcanzados, todavía hay mucho por hacer para mejorar la situación de la primera infancia en la Argentina. Más información en http://cippec.org/primerainfancia
Un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) consigna: “la pobreza por ingresos de los niños de entre 0 y 4 años es mucho mayor que la que afecta a la población total”. Señala que en 2012, 48,6% de las madres y 47,6% de los padres que vivían con sus hijos formaban parte del 30% de los hogares con menos ingresos per cápita familiar. Sin embargo, solo 12,5% de las mujeres y 11,7% de los hombres sin hijos pertenecían a ese grupo.
No solo pertenecen a un hogar más pobre sino que además tienen desventajas frente a la población en general: en el segundo semestre de 2014, 21,6% de los niños era pobre y 9,2%, indigente, frente a 12,9% y 5,5% de la población general.
El estudio denuncia que entre la primera infancia persisten los déficits nutricionales y las muertes infantiles evitables. La tasa de mortalidad entre niños menores de cinco años se ubicó en 13 en 2015, y la tasa de mortalidad infantil en 11, en ambos casos por debajo del promedio de América Latina y El Caribe (18 y 15, respectivamente). Sin embargo, la reducción de las muertes en la Argentina (del 54% en ambos casos respecto de 1990) fue menos pronunciada que en la región (del 66% y 65% respectivamente desde 1990).
Maternidad infantil
A diferencia de las tendencias internacionales, en la Argentina la tasa de fecundidad adolescente aumentó de 30,5 por cada 1.000 mujeres de entre 10 y 19 años en 2001, al 35,3 en 2011. En 2012, 12,3% de las mujeres de entre 15 y 19 años tenía un hijo o estaba embarazada.
La responsable del Programa de Protección Social del Cippec, Malena Acuña, sostiene que la realidad socioeconómica y los patrones reproductivos están vinculados: “así se genera una relación circular entre demografía y desigualdad. Si la situación inicial fue desfavorable, se generan ciclos viciosos en los que las familias quedan atrapadas de generación en generación”, explica la experta.
Alimentación
El documento afirma que en 2014 el 10,5% de los niños de dos a cinco años tenía déficit simultáneo en el consumo de frutas, verduras y lácteos, y más de la mitad consumía inadecuada o insuficientemente verduras, frutas o pastas y arroz.
El estudio concluye que a pesar de los avances alcanzados, todavía hay mucho por hacer para mejorar la situación de la primera infancia en la Argentina. Más información en http://cippec.org/primerainfancia
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