10 Noviembre 2015
QUERIDO POR TODOS. Cristian Lucchetti disfruta el afecto de los hinchas. El arquero tiene contrato hasta diciembre. “Si me quedo o no, depende de mí”, afirmó.LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ. (ARCHIVO).
Si hay algo que Cristian Lucchetti consiguió para su equipo fue crear un cerrojo en el arco de Atlético que pocas veces fue vulnerado en el campeonato. Sus atajadas, su aporte como figura relevante y de experiencia en el grupo; su jerarquía y su compromiso para con la camiseta, fueron una moneda corriente durante toda la temporada que se coronó con el ascenso del “decano”.
“Laucha” fue un tormento para los delanteros contrarios, que en más de un ocasión se fueron a casa sin poder sonreír ante su verdugo. De los 41 partidos que el “decano” jugó hasta el momento, su valla quedó invicta en 13 oportunidades. Impecable lo del número uno, que también supo atemorizar a sus enemigos desde los 12 pasos. Atlético fue castigado con cinco penales, Lucchetti atajó dos.
Lo mismo en cuanto a los goles en contra del plantel más letal de la categoría, con 69 festejos. Apenas 31 conquistas lamentó Lucchetti. Los números no mienten, hablan de un arquero en su plenitud. Central Córdoba fue el único adversario que le marcó tres veces en un mismo partido. Eso sucedió en la fecha 32.
Fue en ese irreconocible encuentro que el “decano” ganaba 2-0 pero terminó perdiéndolo 3-2 tras sufrir 8 minutos insólitos. Hay más. Del resto, sólo tres pudieron convertirle dos tantos goles: Brown de Madryn, en el capítulo 6, Guaraní Antonio Franco en el 10, y Gimnasia de Jujuy en el 16. Gimnasia de Mendoza y Juventud Unida de Gualeguaychú no pudieron convertirle a la muralla “decana” en ninguno de los dos partidos que jugaron.
A los 37 años, de los cuales 20 los pasó jugando en algún equipo de Primera, repartido entre Argentina y México, Lucchetti cumplió el objetivo que buscó desde su llegada al “decano”, hace casi cuatro años. “Vine por el ascenso”, le decía a “LG Deportiva” un día antes del 5-0 sobre Los Andes, el último escollo de un Atlético que llegó a lo más alto de la B Nacional y que se proclamó campeón con una fecha de margen.
Atlético y Lucchetti se complementaron como una sociedad exitoso. El deseo de los hinchas, claro, es que el arquero continúe en el club, pero para eso habrá que esperar. Las partes están y las ganas de ambos también.
“Laucha” fue un tormento para los delanteros contrarios, que en más de un ocasión se fueron a casa sin poder sonreír ante su verdugo. De los 41 partidos que el “decano” jugó hasta el momento, su valla quedó invicta en 13 oportunidades. Impecable lo del número uno, que también supo atemorizar a sus enemigos desde los 12 pasos. Atlético fue castigado con cinco penales, Lucchetti atajó dos.
Lo mismo en cuanto a los goles en contra del plantel más letal de la categoría, con 69 festejos. Apenas 31 conquistas lamentó Lucchetti. Los números no mienten, hablan de un arquero en su plenitud. Central Córdoba fue el único adversario que le marcó tres veces en un mismo partido. Eso sucedió en la fecha 32.
Fue en ese irreconocible encuentro que el “decano” ganaba 2-0 pero terminó perdiéndolo 3-2 tras sufrir 8 minutos insólitos. Hay más. Del resto, sólo tres pudieron convertirle dos tantos goles: Brown de Madryn, en el capítulo 6, Guaraní Antonio Franco en el 10, y Gimnasia de Jujuy en el 16. Gimnasia de Mendoza y Juventud Unida de Gualeguaychú no pudieron convertirle a la muralla “decana” en ninguno de los dos partidos que jugaron.
A los 37 años, de los cuales 20 los pasó jugando en algún equipo de Primera, repartido entre Argentina y México, Lucchetti cumplió el objetivo que buscó desde su llegada al “decano”, hace casi cuatro años. “Vine por el ascenso”, le decía a “LG Deportiva” un día antes del 5-0 sobre Los Andes, el último escollo de un Atlético que llegó a lo más alto de la B Nacional y que se proclamó campeón con una fecha de margen.
Atlético y Lucchetti se complementaron como una sociedad exitoso. El deseo de los hinchas, claro, es que el arquero continúe en el club, pero para eso habrá que esperar. Las partes están y las ganas de ambos también.
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