Con inflación, no hay lugar para el crédito

Hay una gran desproporción entre el nivel de salarios y los valores de las propiedades inmobiliarias en el mercado. Más del 50% de la población activa en la Argentina, que trabaja en relación de dependencia, gana $ 6.500 en promedio. En paralelo, hay franja amplia de trabajadores argentinos que gana alrededor de $ 3.000 mensuales.

En ambos casos son trabajadores que no califican para tomar un crédito hipotecario, en el sistema bancario formal. Esto se debe, principalmente, al avance de la inflación, que le resta poder adquisitivo a los ingresos y que genera incertidumbre.

En la actualidad, la economía refleja una falta de previsibilidad, de reglas claras de juego, tanto para la entidad que debe prestar el dinero para un acceder a una vivienda, como para quien debe devolverlo. Con una tasa de inflación de dos dígitos es imposible que existan condiciones para crear un mercado de crédito hipotecario.

La incertidumbre sobre el rumbo de la economía impide planificar la concesión y la devolución de este tipo de préstamos que, en general, se proyectan a un plazo promedio de 20 o 30 años. Por lo tanto, en las condiciones actuales es lógico que sólo el 1% de los trabajadores registrados en la Argentina puede acceder a un crédito para comprar una propiedad.