Una sopa de letras sin completar
El reloj apremia y la ansiedad asfixia. Son horas de presiones, de lobbies cruzados y de nombres que entran y salen de las listas. Es el momento en el que los líderes se dan espacio para la reflexión final y se aislan del bullicio dirigencial que, por estas horas, aturde. José Alperovich se esfumó el viernes en un viaje relámpago a Buenos Aires, reapareció el sábado y de inmediato partió hacia Rafaela, a esperar el partido que ayer disputó Atlético Tucumán en la ciudad cordobesa de San Francisco, ubicada a una hora de la localidad santafesina. José Cano, en tanto, caminó el sábado por la mañana con Domingo Amaya por Las Talitas. Desde entonces, se recluyó junto a su familia, desconectado del parpadeo insistente de las burbujas del Whatsapp de su teléfono celular.

Alperovich debe haber aprovechado el viaje en auto hacia la provincia mediterránea para resolver la única gran duda que lo carcome a horas del cierre de presentación de listas en el Frente para la Victoria. El gobernador llegará antes del mediodía y dirá si su esposa, la senadora Beatriz Rojkés, finalmente encabeza o no la nómina legislativa por la sección Este. Ya en el Oeste se inclinó por el senador Sergio Mansilla, a sabiendas de que su postulación quedará a merced de eventuales impugnaciones. El mandatario sabe que el fallo de la sala III de la Cámara Contencioso Administrativo, en la causa impulsada por la legisladora Marta Zurita, advierte que la intención de los convencionales constituyentes de 2006 era generar la alternancia en los cargos electivos y que Mansilla ya fue electo como legislador en los últimos dos comicios para luego renunciar. Sin embargo, prioriza la estrategia política: que el jefe de esa circunscripción electoral arrastre a intendentes, legisladores y familiares y los obligue a rastrillar voto por voto. El caso de su esposa, en cambio, es diferente. La presencia de Rojkés al frente de la lista por el este genera runruneos entre los acoplados de esa sección, que se sienten en desventaja respecto de “los de la lista oficial”. También, porque sería exponer a la ex presidenta provisional del Senado al día a día de la campaña. Y, aunque no lo vaya a admitir nunca, pesan los antecedentes de exabruptos con los que carga la primera dama. Aún así, la lista A del oficialismo contiene el apellido Rojkés; la B, sin embargo, lo saltea y esa nómina es encabezada por el intendente bandeño, Zacarías Khoder. Si esta última opción es la que finalmente trae en sus bolsillos Alperovich, entonces se reactivaría la chance de que la senadora espere hasta el último domingo de octubre para salir a la cancha nuevamente. En ese caso, como postulante al Parlasur. Sería la única alternativa para la esposa del mandatario, puesto que ya quedan pocos tickets disponibles en las boletas de senadores y de diputados. El propio Alperovich liderará los lugares para la Cámara Alta, y para la Baja parecen estar fijos José López y José Orellana. Un tercer lugar en diputados, para la primera dama, suena a poca cosa. Y dos veces el apellido Alperovich, en senadores, suena a exagerado. Además, el jefe del PE asume que deberá reservar espacios para La Cámpora.

La incertidumbre, que al regreso de Alperovich este mediodía se dilucidará en el oficialismo, indefectiblemente se mudará por varios días más a los despachos del multicolor Acuerdo por el Bicentenario. Es que los lugares son pocos y los integrantes de este frente -y sus intereses-, demasiados.

Cano tiene la presión del macrismo encima. Buena parte del financiamiento para la campaña saldrá de ese grifo, y no está en condiciones de cerrarlo. El PRO quiere que se le allane el camino al legislador Alberto Colombres Garmendia como candidato a intendente en Yerba Buena, y que se le respete una banca de senador y otra de diputado, en ambos casos con expectativas ciertas de asumir. Pablo Walter sería primer senador suplente, detrás de Cano y de Silvia Elías de Pérez, porque el radical no ocuparía la banca en caso de ganar la gobernación el 23 de agosto. Facundo Garretón, en tanto, sería segundo o primero según el amayista que vaya a la nómina para la Cámara Baja. Prácticamente descartada la chance de que el intendente aparezca en las boletas de las PASO, el amayismo ofrece llevar de segundo diputado al edil y dirigente mercantil Oscar Cano. El macrismo y el radicalismo, en cambio, prefieren que Beatriz Ávila, esposa de Germán Alfaro, lidere la lista.

El radical Cano, además, debe resolver la sopa de letras en que se le convirtió el armado de la lista legislativa por la Capital. El problema es que sus correligionarios tienen por pasatiempo completar con sus apellidos antes que con los del resto todos los casilleros. Muchas veces, las letras calzan bien en algunas cuadrículas, pero en otras no.

Comentarios