30 Marzo 2015
SHARM EL SHEIJ.- Los jefes de Estado de los países árabes aprobaron la formación de una fuerza militar conjunta para hacer frente a “las amenazas contra su seguridad nacional, la expansión de grupos terroristas y las injerencias extranjeras”, apenas cuatro días después de que una alianza de nueve naciones árabes y Pakistán lanzará una inédita ofensiva contra el convulsionado Yemen.
Al final de la cumbre en Egipto, la Liga Árabe dejó los detalles de la primera fuerza militar regional para más adelante, pero fuentes del gobierno anfitrión adelantaron a la cadena de noticias norteamericana CNN que podría tener unos 40.000 “soldados de élite” y contaría con aviones y barcos de combate.
De concretarse será la primera vez que el mundo árabe se une en una misma fuerza militar y, más aún, crea una fuerza militar estable que estaría habilitada para actuar dentro de la región a pedido de los gobiernos.
“Es una resolución importante dado la convulsión y las amenazas sin precedentes que se viven en el mundo árabe”, celebró el secretario general de la Liga Árabe, Nabil el Araby al culminar la cumbre, en la ciudad de Sharm al Sheij, sobre las costas del Mar Rojo. El jueves pasado una coalición regional de 10 países -Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Jordania, Qatar, Bahréin, Kuwait, Marruecos y Pakistán- respondió al pedido desesperado del acorralado presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, y lanzó una campaña de bombardeos aéreos para frenar al movimiento insurgente hutí.
Desde mediados del año pasado, los hutíes, un movimiento chiita con buenos vínculos con Irán y ahora también con el ex presidente yemení derrocado y exiliado en Arabia Saudita, Ali Abdullah Saleh, lograron ganar terreno hasta tomar la capital, Sanaa, y forzar al presidente, y aliado de Estados Unidos en su cruzada contra Al Qaeda en la región, a refugiarse en el sur del país.
Los países que asumieron la defensa militar del gobierno yemení hace cuatro días son naciones de mayoría sunnita, mientras que las pocas voces de la región que rechazaron la ofensiva y hasta amenazaron con responder pertenecen a la alianza chiíta-alawita, encabezada por Irán, Siria y el partido-milicia líbanés Hezbollah, lo que profundiza la brecha sectaria del conflicto. (Télam)
Al final de la cumbre en Egipto, la Liga Árabe dejó los detalles de la primera fuerza militar regional para más adelante, pero fuentes del gobierno anfitrión adelantaron a la cadena de noticias norteamericana CNN que podría tener unos 40.000 “soldados de élite” y contaría con aviones y barcos de combate.
De concretarse será la primera vez que el mundo árabe se une en una misma fuerza militar y, más aún, crea una fuerza militar estable que estaría habilitada para actuar dentro de la región a pedido de los gobiernos.
“Es una resolución importante dado la convulsión y las amenazas sin precedentes que se viven en el mundo árabe”, celebró el secretario general de la Liga Árabe, Nabil el Araby al culminar la cumbre, en la ciudad de Sharm al Sheij, sobre las costas del Mar Rojo. El jueves pasado una coalición regional de 10 países -Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Jordania, Qatar, Bahréin, Kuwait, Marruecos y Pakistán- respondió al pedido desesperado del acorralado presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, y lanzó una campaña de bombardeos aéreos para frenar al movimiento insurgente hutí.
Desde mediados del año pasado, los hutíes, un movimiento chiita con buenos vínculos con Irán y ahora también con el ex presidente yemení derrocado y exiliado en Arabia Saudita, Ali Abdullah Saleh, lograron ganar terreno hasta tomar la capital, Sanaa, y forzar al presidente, y aliado de Estados Unidos en su cruzada contra Al Qaeda en la región, a refugiarse en el sur del país.
Los países que asumieron la defensa militar del gobierno yemení hace cuatro días son naciones de mayoría sunnita, mientras que las pocas voces de la región que rechazaron la ofensiva y hasta amenazaron con responder pertenecen a la alianza chiíta-alawita, encabezada por Irán, Siria y el partido-milicia líbanés Hezbollah, lo que profundiza la brecha sectaria del conflicto. (Télam)