Un interrogante que busca su respuesta

Un interrogante que busca su respuesta

Aunque no se conoce todavía la convocatoria de la nueva edición de Tucumán Cine, octubre ya está agendado para este festival que el año pasado terminó con el espectáculo homenaje a Leonardo Favio, con los bailarines Hernán Piquín y Natalia Pelayo, quienes presentaron el Ballet del famoso filme de Favio, “Aniceto”.

En una conversación con este columnista, uno de los investigadores del Sinca (Sistema de Información Cultural de Argentina), Julio Villarino, opinó que cuando se produce en 3D y una película infantil, el público sigue al cine argentino.

La respuesta venía a cuento de uno de los grandes interrogantes que recorre toda la producción cinematográfica argentina y los diversos festivales como el Tucumán Cine: las películas nacionales tienen gran reconocimiento internacional, ganan premios y son elogiadas por la crítica. Pero, aquí, en el país, tienen poco público. “Los Dueños”, es un buen ejemplo de ello.

En el anuario del Incaa, difundido hace algunas semanas, se da cuenta de esta realidad: en 2013 se estrenaron 166 filmes argentinos y pasaron por las pantallas argentinas 223 obras extranjeras. Entre los 10 filmes más taquilleros del año sobresalen cinco títulos argentinos.

“El 15% del total de los espectadores que asistieron a las salas de cine lo hicieron para ver películas nacionales. Se destacaron, entre otros títulos, ‘Metegol’ y ‘Corazón de León’, que ocuparon el cuarto y sexto lugar respectivamente entre las 10 películas más vistas, siendo que ‘Metegol’ alcanzó el tercer puesto en la lista de películas que más recaudaron”. El anuario consigna que durante ese año, hubo 47 millones de espectadores: “hay una relación espectador/habitante de 1,17 y un 40% más de espectadores en las salas y un 250% más en recaudación”, se puede leer en el informe.

Con estos datos, el interrogante sigue sin respuesta, pero a la vez, revela una de las contradicciones de la propia política cultural: los cineastas priorizan el relato artístico, pero la industria cultural, los números.

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