En el espíritu de Gerardo Núñez no hay edad

En el espíritu de Gerardo Núñez no hay edad

El folclorista vive su cumpleaños en plena actividad musical. Fue creador de grandes temas junto a su hermano Pepe, fallecido en 1999

04 Junio 2014
Gerardo Núñez tenía 24 años cuando en un boliche de la plaza Alberdi compuso, con su hermano Pepe, un tema innovador del folclore, la “Chacarera del 55”. Después vendrían otros, como “Arana”, “La media pena” (de Pepe), “La cruzadita”, “Agüita demorada”, “Tristeza”, y una larga lista.

Hoy, después de la partida de su hermano (falleció en 1999) y de haber formado el grupo Trealilo, el músico salteño festeja sus 80 años de vida y continúa generando proyectos musicales, ahora a dúo con Ariel Alberto. Entre otras cosas, están a punto de iniciar una serie de recitales en Buenos Aires.

“El pasado, el presente y el futuro son una línea en mí que no se corta. Una, por mi forma de ser y, otra, por lo que me impulsan a hacer quienes son mis compañeros de la guitarra y de la noche. Comencé con Pepe, pero actualmente estoy con Ariel, que es una gran persona y un gran talento. En mi espíritu no hay edad, porque estoy en la vida de lo ideal, de aportar lo que yo pienso que debe ser el canto popular: eso de hermanarse con el hombre en todo sentido. Y vivir ese arco iris que tiene el paisaje de la vida, que es de todos los colores; vivir la pena y la alegría. He tenido facilidad para detectar cuál es el paisaje que necesita mi canto. Tengo un dicho: bienaventurados los hombres que hacen lo que aman, porque de ellos será el reino de la Tierra. Es decir que ellos serán felices”, le dijo a LA GACETA.

- ¿Percibe grandes cambios en el paisaje actual?

- Los de la generación del 60 no hemos tenido muchas posibilidades de cambio. Nos agarraron épocas de dictadura y recién estamos descansando un poco. Con Ariel decidimos titular a nuestro espectáculo “Arengando”. Antes se decía que los “dotores” iban a arengar a la gente. Pero más que a arengar, iban a quitarles los documentos para votar por ellos. Después, con un asadito los conformaban. Hoy todavía no se puede apreciar una democracia como uno quiere. En gran parte del mundo persiste la desigualdad y la falta de solidaridad. Eso se refleja, por ejemplo en uno de los temas que hacemos, inspirado en un personaje que en Salta lo llaman el “pichero”.

- ¿Quién es ese personaje?

- Es un hombre que vive peor que el linyera, en la total marginalidad. Su comida es el mate cocido, al que le agrega alcohol. A eso le llaman la “pichi”, que no hay que confundirla con la otra. La letra es del poeta salteño Jorge Díaz Bavio (1942-2010), de la generación del 60, donde también están Miguel Ángel Pérez, Walter Adet, Jacobo Regen. Son posteriores a la generación del 40, del “Cuchi” Leguizamón y Manuel Castilla. Dice: “En su cuerpo gris, sin un sol, anda ya la otra vida. Si mira no pide nada, y si no mira tampoco. Teniendo la suerte echada, la taba le importa poco”. Y el poeta se pregunta quién es el culpable de eso. Somos todos.

- ¿Cómo nació la famosa “Chacarera del 55”?

- Con mi hermano Pepe vinimos de Salta a estudiar en la universidad. Éramos de una familia numerosa: diez hermanos, fruto de un solo matrimonio con alta capacidad espiritual y física (ríe). Traíamos toda la carga de la canción popular folclórica y estábamos, inconscientemente, en la búsqueda de algo que se salga un poco de lo tradicional. Teníamos un hermoso “bollo” en la cabeza. Y la primera canción que hicimos (en 1958) fue la “Chacarera del 55”. Otros músicos populares de aquí, como el “Chango” Carmona, Alfredo Grillo y (el santiagueño) Hugo Díaz, nos ayudaron a definir ciertas disonancias que nosotros las desconocíamos. Por lo general resolvíamos la música cantando o silbando. Después nos costaba encontrar esa tonalidad en el instrumento.

- ¿Por qué se considera renovador a este tema?

- El 55 era un boliche, frente a la plaza Alberdi, que tenía un salón y al fondo unas piecitas de 2x2. Reservados, que no eran para hacer el amor, sino para tocar la guitarra, jugar a los naipes o para hacer otras cosas que ahora se hacen más (se ríe, aludiendo al consumo de droga); porque había en ese tiempo también, pero sólo para personas mayores. Nosotros nunca caímos en la tentación. Lo novedoso de esta chacarera, desde el punto de vista de la poesía, es que el paisaje no es campestre, del rancho o de un pueblo rural. El paisaje es el hombre en la ciudad. Pedimos que la alegría también le llegue a ese hombre, pero mirándolo del punto de vista urbano. En lo musical, rompemos la tradición porque ya no se hace la introducción del medio. Se hace cantada. Se hace más larga la chacarera, en letras. Todo eso sorprende.

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