El trabajo, como valor y factor de inclusión social

El trabajo, como valor y factor de inclusión social

El trabajo, como valor y factor de inclusión social
27 Abril 2014

Esther Parietti - Directora de Sustentabilidad de Adecco Argentina

Cada año, cercanos a conmemorar el Día Internacional del Trabajo, surgen reflexiones, ideas, actos y actividades desde los más diversos ámbitos del quehacer social, político, cultural y económico del país. Organizaciones sindicales, instituciones sociales, empresas, entidades empresarias y funcionarios de gobierno hacen referencia a la importancia que tiene el trabajo como gran articulador social. Históricamente el 1 de mayo es también una jornada que se ha utilizado para presentar diferentes tipos de reclamos y reivindicaciones sociales y laborales. Esta fecha nos brinda la oportunidad de volver a pensar sobre la importancia del trabajo como camino para la construcción del desarrollo pleno de la sociedad. También sirve para reafirmar la doble responsabilidad que tenemos para con las empresas y los trabajadores.

Publicidad

El trabajo nos distingue del resto de las criaturas. Por eso podemos decir que es un signo propio de nuestra humanidad y en cierto sentido es demostración de la naturaleza humana. Bajo este marco, no sólo es necesario que las empresas, como actores de la vida económica, ofrezcan empleos en condiciones dignas que contribuyan al despliegue del potencial de la persona, sino también ayudar a formar, capacitar y educar para el trabajo. Este compromiso tiene que estar orientado a consolidar a ese puesto laboral como un valor y un factor fundamental para la inclusión social.

Como seres humanos estamos destinados y llamados al trabajo, pero reconociendo siempre que el trabajo está en función del hombre y no al revés. De allí también la necesidad de colaborar a establecer las bases y condiciones para la conciliación entre la vida laboral y familiar. Una vez más, este día debe ayudarnos a encontrar en el trabajo el valor integrador de una sociedad que necesita reconstruir vínculos, brindar igualdad de oportunidades y fortalecer su entramado social. 

Publicidad


El diagnóstico

La realidad laboral está marcada por la recesión económica. El freno en la generación de empleo pone una luz de alerta, a días de conmemorarse el Día Internacional del Trabajo. La tasa de desocupación muestra signos de incremento. Y el empleo no registrado no cede: por caso, uno de cada dos asalariados tucumanos está en negro. En el principal aglomerado urbano provincial hay 364.000 personas ocupadas, de las cuales aún 19.000 no logran conseguir un empleo. Eso es lo que dicen las estadísticas oficiales. Sin embargo, más profundo es el trabajo no registrado, que afecta a 125.000 personas, casi el doble del nivel del empleo público.

Sin embargo, lo que más inquieta es el futuro. Y la inserción laboral de los más jóvenes. Por caso, ese es el objetivo que persigue el Plan Progresar, brindar la posibilidad de estudiar y de trabajar a los que tienen entre 18 y 24 años. En el país hay 3,8 millones de jóvenes en esa franja etaria, de los cuales un 55% tiene problemas laborales severos, puntualizó un reciente informe de la Universidad Católica Argentina. Este grupo se compone de un 15% de jóvenes que no estudian ni trabajan ni buscan trabajo (ni-ni), un 11% que está desempleado, un 9% que es trabajador por cuenta propia, está en el servicio doméstico o trabaja sin salario y un 20% que es asalariado no registrado. Entre los jóvenes sin problemas laborales hay un 26% que se dedica exclusivamente al estudio (decidió postergar su incorporación al mercado laboral) y un 19% que trabaja como asalariado registrado. Aún más, para los próximos meses el 19% de los de los argentinos considera que hay muchos o bastantes puestos de trabajo disponibles actualmente, mientras que un 27% opina que no hay ni muchos ni pocos y el 50% asegura que hay pocos o muy pocos. Es la percepción laboral de una Argentina en recesión económica.

El caso tucumano

Alta informalidad


El 46,6% de los asalariados del principal aglomerado urbano tucumano está en negro. La de Tucumán es la segunda tasa de informalidad laboral más elevada entre los 31 aglomerados urbanos del país. Como contrapartida, Tucumán es el quinto distrito con más empleados formales privados de la Argentina (171.000 casos).

Las mujeres, más afectadas

Según datos del Indec, la desocupación al cierre de 2013r fue del 4,9% en Tucumán. La falta de trabajo es más grave entre las mujeres de hasta 29 años. La tasa femenina juvenil asciende al 13,6%, mientras que la de los jóvenes fue del 9,4%.

La alternativa

El Gobierno presentó un proyecto de ley contemplando incentivos a la generación de empleo formal. En la iniciativa subyace el reconocimiento de que sólo con crecimiento económico y más controles no alcanza para revertir la informalidad. Se necesitan, además, reformas sobre las instituciones laborales con énfasis en las PyME, sugiere el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). La iniciativa busca promover el empleo registrado. Básicamente consiste en la creación del Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales y la reducción de parte de las contribuciones patronales. La principal fortaleza del proyecto es el reconocimiento de que las instituciones laborales importan. Su principal debilidad es que, como ocurrió con otras iniciativas, tiene una concepción demasiado parcial y tibia. Hay un claro desbalance entre la severidad del problema que se pretende resolver y la debilidad de los instrumentos que se propone utilizar, indica Idesa. En este sentido, los datos oficiales del Indec referidos al tercer trimestre del 2013 ponen en evidencia la magnitud de este desbalance. Según esta fuente se estima que:

• En Ciudad de Buenos Aires el 44% de los ocupados son asalariados privados registrados.

• En la Patagonia el 36% de los ocupados son asalariados privados registrados.

• En el norte argentino apenas el 18% de los ocupados son asalariados privados registrados.

Esto datos muestran que lo que menos prevalece en el mercado son los empleos registrados en el sector privado, o sea los tipos de inserción laboral que el proyecto de ley aspira a generar. Lo preocupante es que en el NOA sólo uno de cada cinco ocupados es un asalariado registrado en el sector privado. El resto está conformado por el empleo público, los asalariados no registrados y el cuentapropismo.

La situación social

Cuestión de género


La tasa de empleo general en la población en edad de trabajar es de 63%. Los varones tienen una tasa de empleo de 75% y las mujeres de 51%, según datos oficiales difundidos por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).

El flagelo juvenil

Según el Indec, en el país hay 4,5 millones de jóvenes urbanos que tienen entre 18 y 24 años de edad. El 15% tiene empleo asalariado registrado con un salario bruto estimado en $ 6.200. El 30% tiene un trabajo precario (asalariado “en negro”, cuentapropista, servicio doméstico o familiar sin salario) con remuneraciones en el orden de los $ 1.850.

Comentarios