Aplausos y pétalos de rosas en el último adiós a Alcón

Aplausos y pétalos de rosas en el último adiós a Alcón

Cientos de artistas y de admiradores lloraron y vivaron al actor. En el San Martín.

ESCALA EN EL SAN MARTÍN. Una multitud despidió a Alcón frente al teatro donde tantas veces actuó.  télam ESCALA EN EL SAN MARTÍN. Una multitud despidió a Alcón frente al teatro donde tantas veces actuó. télam
13 Abril 2014
Una multitud de admiradores y artistas despidió ayer los restos de Alfredo Alcón, el reconocido actor y director de teatro, cine y televisión argentino, que fueron sepultados en el Panteón de los Actores de la Chacarita.

El cortejo fúnebre partió desde el Congreso Nacional y se detuvo algunos minutos en el Teatro General San Martín, donde Alcón representó innumerables obras.

En el trayecto al cementerio, el cortejo fue saludado y aplaudido por cientos de personas ubicadas a lo largo del recorrido. Algunas de ellas arrojaron pétalos de rosas, consigna la agencia DPA.

Los artistas Guillermo Francella, Marta González, Norma Aleandro, Joaquín Furriel, Adrián Suar y Ana María Picchio, entre muchos otros, se acercaron hasta el Panteón de Actores para darle la última despedida.

Profundo pesar

La muerte de Alcón acaecida el viernes, a los 84 años, causó un profundo pesar en el ámbito cultural y del espectáculo argentino. Los diarios nacionales dedicaron sus portadas a la noticia del fallecimiento, mientras que los canales de televisión programaron varios de los filmes y series en las que Alcón actuó a lo largo de su trayectoria.

Su última representación fue en 2013, en la obra teatral “Final de partida”, que también dirigió. A lo largo de su vida protagonizó más de 40 películas, entre ellas el film más taquillero de la historia argentina, “Nazareno Cruz y el lobo”, de Leonardo Favio (1975).

Homenaje y elogios

En el cementerio se realizó una emotiva ceremonia. Furriel leyó una carta de despedida y otros de sus afectos le dedicaron palabras de homenaje. En diálogo con Radio Diez, Antonio Gasalla, señaló: “cuando se muere alguien tan cercano, tan admirado surge la incógnita de por qué se tiene que ir. Hay dolor pero también la satisfacción de haberlo visto en un escenario durante toda la vida y haber tenido la suerte de ser un poco amigo de él”. “Era un ser fuera de lo normal -acotó Gasalla-. Como actor daba cada día una clase de teatro. Alfredo nunca llegaba al escenario sin haber leído una obra entera, sea Hamlet, Rey Lear u otra de Shakespeare”.

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