Los salvajes no paran

Los salvajes no paran

Un joven perdió la vida cuando escapaba de una pelea entre barras en Mendoza.

LA VÍCTIMA. Gustavo Pellegrina jugaba en un equipo de futsal. Fue a ver la final y lo asesinaron de un balazo en la cabeza. LA VÍCTIMA. Gustavo Pellegrina jugaba en un equipo de futsal. Fue a ver la final y lo asesinaron de un balazo en la cabeza.
28 Diciembre 2013
¡Salvajes! El fútbol paró, pero no las muertes. Los barras se cobraron otra víctima en Mendoza. Un joven de 29 años, perdió la vida al recibir un disparo en la cabeza al quedar en el medio de un enfrentamiento entre barras en la final del certamen de futsal que se disputó el jueves por la noche en esa provincia.

Gustavo Pellegrina, de 29 años, padre de tres hijos que esperaba el cuarto, se transformó en la víctima número 17 (dos de ellas fueron por la interna de la barra de Deportivo Aguilares) de lo que va de 2013, el que pasó a ser el más violento en 45 años. Sigue ocupando el primer lugar La Tragedia de la Puerta 12, hecho que ocurrió en 1968 y en el que murieron 71 personas. Como si esto fuera poco, desde hace un cuarto de siglo que la violencia en el deporte deja alguna víctima, todos los años.

El hecho
Jueves por la noche. Había clima de fiesta en el Polideportivo Poliguay de Guaymallén, Mendoza. El equipo local y San Martín, disputaban el duelo final de la Liga Mendocina de Futsal. Había por lo menos 200 personas, entre las que se encontraba Pellegrina, jugador de San Martín de Porres, otro equipo que participó del certamen.

El caos se desató cuando un grupo de por lo menos 20 personas, integrantes de la barrabrava del Atlético Argentino estacionaron sus motos e ingresaron a la fuerza al Polideportivo, con los rostros encapuchados, cargando palos y armas de fuego.

Los salvajes tenían un sólo objetivo en mente: robarse las banderas y los bombos de la hinchada de Independiente Rivadavia que estaban en el lugar alentando a San Martín, según consignó la agencia Télam. De pronto, en medio de una batahola generalizada, uno de los barras comenzó a realizar dispararon con su arma. Uno de los proyectiles impactó en la cabeza de Pellegrina que intentaba escapar desesperadamente del lugar y que perdió la vida en el acto.

Además, un menor de siete años sufrió la fractura de una de sus piernas en el medio del desbande. Según las versiones, el niño se cayó al suelo y fue atropellado por el resto del público que intentaba escapar del lugar.

Sin pistas
“La gente de fútbol de salón no fue partícipe de este hecho, fueron entre 25 y 20 personas que ingresaron con alevosía, con cabezas tapadas, palos y piedras y empezaron a amenazar a la gente y corrieron hacia distintos lados”, relató el jefe de la policía de Mendoza, Juan Carlos Caleri.

Los investigadores mendocinos reconocieron que no tienen identificados a los autores del crimen y mucho menos que hayan detenido a alguien. Sin embargo, ya están tras los pasos de los barras de Argentino -participa de los torneos de la Liga Mendocina- y de la “lepra”, que es conocida a nivel nacional por los hechos de violencia que protagonizó en los últimos tiempos.

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