Para que la lea Dios
La portada se resolvió rápido. Los temas tenían peso propio, sólo había que darles el espacio jerárquico que merecían. Dos notas con adolescentes como protagonistas ocuparon el título central -en el caso de los alumnos de la Normal que salieron en defensa de la Escuela a causa del consumo de psicofármacos por parte de compañeros- y una foto de la protesta frente a la facultad de Filosofía y Letras -por la falta de seguridad en la zona, donde una estudiante fue abusada por desconocidos-. Ambos sucesos desnudan una realidad preocupante: los peligros a los que están expuestos los jóvenes: consumo de drogas y violaciones. La tapa suma una nota de servicio sobre el cambio del sentido del tránsito en la zona de El Bajo, la marcha atrás del PE respecto de la renuncia de Herrera Molina y la impactante carta que la nena María José Radis le hizo a Dios antes de morir. "Diosito, tengo algo que pedirte...", dice, y golpea el alma.

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