Ponele a tu bebé ropa de algodón sobre la piel

Hace poco fuiste mamá por primera vez. Y está demás decir que te sentís la mujer más feliz del mundo, sobre todo cuando contemplas a tu bebé. Es tan pequeñito e indefenso, que seguramente te harás una y mil preguntas: "¿Tendrá frío o calor?" "¿Pondré la calefacción?" "¿Le hará bien que lo lleve de paseo?"

En esta nota, la doctora Luciana Meni Battaglia, médica pediatra, te ayudará a despejar las dudas y temores que tienen las mamás primerizas, enseñándote cuáles son los cuidados básicos del bebé.

En primer lugar, aclaró que se llama bebé a todo niño menor de 12 meses. En esta etapa está en constante maduración y cambio, por lo que en pocos meses se modifican sus características físicas, psicológicas y sociales.

No usar braseros
En invierno -indicó la pediatra- lo ideal es lograr una temperatura ambiente de entre 20 y 23 grados para niños recién nacidos, sobre todo si son prematuros. Hay que usar aparatos de aire acondicionado, estufas de tiro balanceado, pero jamás encender calefacción con hidrocarburos por combustión (braseros). Es muy importante ventilar una vez al día la habitación donde duerme el bebé mientras él está en otro ambiente. Otro detalle muy importante y que no es menor: evitar siempre el humo del cigarrillo adentro de la casa.

Con respecto a la cuna, la doctora Battaglia explicó: "el contorno interno debe estar protegido. Los pies tienen que estar en contacto con la parte inferior de la cuna para que no pueda deslizarse y quedar cubierto por la sábana o frazada. Estas se deben colocar siempre por debajo de las axilas. No deben usarse almohadas ni almohadones, ni muñecos, y evitar los colchones muy blandos".

Cómo vestirlos
En cuanto a la vestimenta del bebé, las prendas de algodón son las únicas que deben estar en contacto con la piel, y en lo posible que se cierren por delante para facilitar el cambiado. Para sacarlos de la casa los días fríos, los más pequeños deben llevar gorro de algodón. "Jamás hay que sobreabrigarlos ni vestirlos con ropas que limiten sus movimientos. Habitualmente se recomienda que se le coloque la misma cantidad de prendas que se pone un adulto, o a lo sumo una más, contando la mantita con la que se suele cubrir a los bebés".

La alimentación
Hay que estimular siempre la lactancia materna, ya que la leche humana posee una gran cantidad de anticuerpos y otros mecanismos de defensas para prevenir todo tipo de infecciones. En los casos en los que la lactancia materna no sea posible o por algún motivo resulte insuficiente, lo ideal es suplantarla o suplementarla con fórmulas infantiles. Este tipo de leche contiene vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, probióticos y prebióticos adecuados para el crecimiento y desarrollo del bebé.

En los mayores de un año hay que estimular el consumo de frutas y verduras crudas, aunque en invierno se tiende a comer las verduras cocidas, por tratarse de preparaciones calientes. La alimentación tiene que ser sana y variada, con comidas de muchos colores (algo verde, algo rojo, algo amarillo o blanco) para cubrir todos los requerimientos nutricionales.

Para prevenir infecciones respiratorias es muy importante tener las vacunas al día -incluida la antigripal anual- que es obligatoria y gratuita.

Aprovechá la siesta soleada para sacar a pasear a tu hijo

Que estemos en invierno no significa que no tengas que sacar a pasear a tu bebé. Pero tenés que salir preparada para sortear imprevistos: durante los primeros meses tu hijo todavía no tiene un ritmo de sueño y de comidas establecido, así que es probable que se duerma o que tengás que alimentarlo durante la salida. Si es muy pequeño, aprovechá las siestas soleadas para dar un corto paseo por los espacios verdes, sin exponerlo a las corrientes de aire. Tampoco busqués un lugar público y muy concurrido -como bares y restaurantes- porque el hacinamiento en invierno es uno de los enemigos de la salud de los niños y adultos. El aire está viciado y pululan los agentes patógenos.

Si hace mucho frío o corre viento, lo más apropiado para el bebé es el ambiente del hogar. "Además de mantener la temperatura adecuada es importante que el ambiente no esté reseco: la calefacción baja los niveles de humedad en el aire y está demostrado que virus y bacterias se propagan más rápido cuando la humedad relativa es inferior al 60%. Hay que ubicar recipientes con agua cerca de los calefactores (cambiala todos los días) o un humidificador", recomendó la pediatra Luciana Meni Battaglia.