30 frases que definen a Francisco

30 frases que definen a Francisco

No perdió tiempo: desde el primer día el Papa marcó con firmeza las líneas de su misión al frente de la Iglesia. Les habló con claridad a todos, y a través de ese discurso fijó cuáles son sus objetivos.

BUEN HUMOR. En público, Francisco demuestra simpatía permanente. REUTERS BUEN HUMOR. En público, Francisco demuestra simpatía permanente. REUTERS
24 Junio 2013

El estilo directo, sencillo y profundo que caracterizó a Jorge Bergoglio durante su vida no se alteró en lo más mínimo cuando se convirtió en Francisco. Al contrario. El Papa profundizó su mensaje evangélico, anclado en la doctrina social de la Iglesia. Durante los primeros 100 días comandando las riendas de El Vaticano, Francisco interpeló a todos. Les habló a los fieles y a los no creyentes. Al interior y al exterior de la Iglesia. A gobernantes y empresarios. Esta es una síntesis:

Sobre sí mismo:

1) "Yo no quise ser Papa"

2) "Los pobres, los pobres, pensé, e inmediatamente me acordé de Francisco de Asís".

A la Iglesia:

3) "¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!"

4) "En la curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción. Se habla de 'lobby gay' y es verdad, está ahí... Hay que ver qué podemos hacer".

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5) "Veo las faltas de la Iglesia como las de mi madre".

6) "Entre una Iglesia accidentada que sale a la calle y una Iglesia enferma de autorreferencialidad, no tengo ninguna duda: prefiero la primera".

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7) "Tratamos de ser una Iglesia que sale de sí misma y que va hacia los hombres y las mujeres que no la frecuentan, que no la conocen, que se fueron, indiferentes".

8) "Los cardenales no son los agentes de una ONG, sino los siervos del Señor, bajo la inspiración del Espíritu Santo, que es Aquel que hace la verdadera diferencia entre los carismas, y que al mismo tiempo en la Iglesia les conduce a la unidad".

9) "La vanidad, el alardeo, son una actitud de espiritualidad mundana, que es el peor pecado de la Iglesia".

Al mundo:

10) "Un poco de misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justo".

11) "El Señor no se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón".

12) "No cedamos nunca al pesimismo ni a la amargura que el diablo nos ofrece cada día".

13) "¡Cuánto daño hace la vida cómoda, cuánto daño hace el bienestar! El aburguesamiento del corazón nos paraliza".

14) "Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la mesa del pobre, del que tiene hambre. La ecología humana y la ecología medioambiental son inseparables".

15) "El odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida".

16) "Los que aman con todo su ser, aún llenos de debilidades y límites, son los que vuelan con ligereza, libres de influencias y presiones".

17) "Debe exigirse la distribución de la riqueza".

18) "Una vez más se avanza deliberadamente en limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos de los niños por nacer".

A quienes gobiernan:

19) "Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio".

20) "Los derechos humanos se violan no sólo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y estructuras económicas injustas que originan las grandes desigualdades".

21) "En la voracidad insaciable de poder, consumismo y falsa eterna juventud, los extremos débiles son descartados como material desechable de una sociedad que se torna hipócrita, entretenida en saciar su 'vivir como se quiere' (como si eso fuera posible), con el único criterio de los caprichos adolescentes no resueltos".

22) "La deuda social exige la realización de la justicia social. Juntas, nos interpelan a todos los actores sociales, en particular al Estado, a la dirigencia política, al capital financiero, los empresarios, agropecuarios e industriales, sindicatos, las Iglesias y demás organizaciones sociales".

23) "El poder como ideología única es otra mentira"

A los empresarios:

24) "La adoración del becerro de oro ha hallado una nueva e insensible imagen en el culto del dinero y la dictadura de una economía que no tiene rostro y carece de todo verdadero objetivo humano".

25) "La crisis económico-social y el consiguiente aumento de la pobreza tiene sus causas en políticas inspiradas en formas de neoliberalismo, que consideran las ganancias y las leyes de mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad de las personas y de los pueblos".

La trata:

26) "La trata de personas es una actitud innoble, una vergüenza para nuestras sociedades que se dicen civilizadas".

A los no creyentes:

27) "No sólo los creyentes se salvan", fue la sorpresiva afirmación de Francisco. "Me dicen 'yo no creo, Padre, soy ateo'; y les contesto 'no importa, haz el bien. Nos vemos allá". Durante el primer encuentro con periodistas de todo el mundo destacó: "como muchos no son creyentes, los bendigo en silencio respetando su conciencia".

A los sacerdotes:

28) "Son pastores, no funcionarios; son mediadores, no intermediarios", los arengó durante una ceremonia de ordenación en la basílica de San Pedro.

29) "No le tengan miedo a la ternura con los ancianos".

A las monjas:

30) "Vivan una castidad 'fecunda', una castidad que genere hijos espirituales en la Iglesia. La consagrada es madre, debe ser madre y no una 'solterona'".

No olvida a sus ex vecinos  del barrio de Flores

Por Magena Valentié - Redacción LA GACETA

A pesar de la distancia, del océano literal que los separa, Jorge Borgoglio, el Papa, sigue siendo alguien cercano para los porteños. Es cierto que ya no se lo cruzarán en el subte, y que en las villas extrañarán al cardenal que llegaba solo y sin anuncios a compartir unos mates. En el hogar San José de sacerdotes ancianos, la ausencia será más honda todavía porque allí el padre Jorge dejó un lugar irremplazable en la mesa, en los almuerzos de cada cumpleaños y de Navidad. Todo eso lo reflejó LA GACETA cuando fue a Buenos Aires, a recorrer la huella del Papa en el barrio de Flores, donde transcurrieron su niñez y su adolescencia hasta que ingresó al Seminario.

Su antigua casa, en Membrillar 531 - donde ahora vive otra familia- se convirtió en un lugar de culto, donde la gente va a tomarse una fotografía. El gobierno hizo colocar una placa recordatoria.

Pero a pesar de todo eso, Jorge Bergoglio sigue estando cercano. Hace poco le escribió una carta de puño y letra al padre Gabriel Marronetti, párroco de San José de Flores, que había quedado desconsolado con su partida: "ahora que no estás, y que estás de otro modo, como Jesús y el Espíritu Santo, nosotros los curas necesitamos tiempo para asumir la pérdida y la ganancia", le escribía el padre Gabriel. La respuesta de Bergoglio no se hizo esperar. Envió bendiciones especiales para los vecinos de Flores y les pidió lo que ya todos sabemos: que recen por él. Francisco no olvida a sus vecinos.

Cambios en todo menos en la doctrina

Por José Názaro - Redacción LA GACETA

Al domingo 17 de marzo lo despertó una tormenta. Y Roma amaneció gris, helada y muy poco amigable. Pero cuando Francisco se asomó por la ventana de su estudio para rezar su primer Angelus, seguramente sintió el calor de las decenas de miles de personas que se habían amontonado en la plaza de San Pedro para escucharlo. Un rato después, mientras aquella multitud empezaba a desconcentrarse, la tucumana Ariadna Cabello, que todavía miraba la ventana alta, intentaba comparar esa convocatoria con las que generaba Benedicto XVI unos meses antes -y de las que también había sido testigo-, pero se le hacía difícil. Las del papa emérito habían sido significativamente más chicas ¿Qué había ocurrido en el medio? El mundo católico y el no católico advirtieron que el momento de los cambios había llegado.

Durante los días previos y posteriores a su entronización, los innumerables religiosos y religiosas que atravesaban la plaza de San Pedro comparaban a Francisco con Juan XXIII (llamó al Concilio Vaticano II) e incluso algunos se referían a él como la llegada de una primavera. Hace 100 días, las expectativas con respecto a sus acciones eran altas. Muy altas. Y no hay ningún indicio de que hayan disminuido. Lógico: a los gestos de humildad, a los cuestionamientos a la Iglesia rica y autorreferencial, a las prédicas a favor de los pobres, a sus críticas a las injusticias económicas, al llamado a la revolución de los fieles se sumó un hecho concreto: la reforma de la Curia romana, es decir, el cuestionado, burocrático, anquilosado y sospechado gobierno de la Iglesia.

Sin dudas, estos elementos han mantenido viva la simpatía hacia el primer Papa argentino y jesuita. De hecho, las pocas críticas que se han escuchado provienen, en su mayor parte, de sectores católicos muy conservadores. Pero, inevitablemente, en algún momento Francisco deberá enfatizar sus posturas con respecto a temas siempre polémicos: aborto, matrimonio entre personas del mismo sexo, anticoncepción... Y en esos campos no habrá que esperar muchos cambios. Bergoglio, un religioso muy apegado a la doctrina, introducirá modificaciones en la institución, pero a los postulados que sostiene la Iglesia es casi seguro que no los tocará.


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