El tornado devastó un suburbio de Oklahoma

El tornado devastó un suburbio de Oklahoma

La cantidad de muertos llega a 24, pero inicialmente se había informado de 51 fallecidos; fueron unos 40 minutos de pánico. Pocos minutos para poder resguardarse de vientos de hasta 320 kilómetros por hora. Testimonios y balances. Pedidos de ayuda

PLEGARIA. Una niña reza frente a los restos de lo que fue su vivienda.  PLEGARIA. Una niña reza frente a los restos de lo que fue su vivienda.
22 Mayo 2013
MOORE.- En medio de la devastación, los equipos de rescate liberaron ayer a más de 100 sobrevivientes de entre los escombros de hogares, escuelas y un hospital en Moore, un suburbio de Oklahoma destrozado el lunes por un enorme tornado de tres kilómetros de ancho de categoría EF4 en la escala mejorada de Fujita, la segunda más potente.

Las autoridades redujeron a 24 la cifra de muertos, de los 51 calculados inicialmente y los 91 difundidos por The New York Times. Las víctimas mortales incluyen nueve niños; la mayoría falleció en el derrumbe de la escuela primaria Plaza Towers. Los heridos suman 237 personas, según los números oficiales. En la zona trabajan la Guardia Nacional, bomberos de 12 distritos y socorristas de otros Estados.

En el número inicial se habrían contabilizado dos veces algunas víctimas, explicó Amy Elliott, de la oficina forense. "Hubo mucho caos", agregó, y precisó que la nueva cifra sólo contempla a los cuerpos en la morgue, por lo que podría aumentar. "Somos optimistas de que aún podría haber personas vivas atrapadas bajo los escombros y en los refugios", afirmó, en cambio, la vocera de Tránsito de Oklahoma, Betsy Randolph. El director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, Craig Fugate, pidió que se reporten las personas reencontradas para que se depure la lista de desaparecidos.

La alarma lanzada 16 minutos antes que la tormenta golpease la ciudad habría salvado a muchas personas que lograron refugiarse en sótanos y armarios, como el caso de Ninia Lay, de 48 años: "oí algo así como un tren que venía".

Las imágenes recuerdan a una película de catástrofes. Donde antes había casas, ahora hay montañas de escombros, travesaños, restos de tejados o de tuberías. Los perros buscan a sus dueños, mientras los caballos vagan perdidos. También hubo quienes dejaron mensajes tranquilizadores. "Sobrevivimos", podía leerse en grandes letras en los restos de una casa. Mientras, la foto de una de las cinco escuelas derruidas da la medida de la tragedia: mochilas colgando en una pared rodeada de ruinas.

Los fortísimos vientos de hasta 320 kilómetros por hora arrasaron durante 40 minutos vecindarios enteros, destruyeron más de 300 casas y desparramaron vehículos como si fueran juguetes. "Literalmente levantaban las paredes y los niños salían. Se recuperaron menores de abajo de bloques de concreto sin un rasguño", explicó el sargento Jeremy Lewis. Ayer hubo tormentas eléctricas y rayos, pero no tornados en la zona; el frente climático se desplazó hacia Texas. Glenn Lewis, el alcalde de Moore, describió a su ciudad como un campo de escombros, con peligro de electrocución e incendios por la caída de líneas eléctricas y la ruptura de tuberías de gas natural. "Todo es un basural. Parece que hemos perdido nuestro hospital, está destruido", añadió. La gobernadora del Estado, Mary Fallin, pidió a la comunidad "oraciones". "Hacemos todo lo posible para encontrar a los heridos o desaparecidos", sostuvo.

Zona de desastre

El presidente, Barack Obama, declaró zona de desastre al sitio más afectado y ordenó la entrega de ayuda federal para complementar los esfuerzos estatales y locales. "En un instante, vecindarios quedaron destruidos, decenas de personas perdieron la vida. Fue uno de los (tornados) más destructivos de la historia. La gente de Moore debería saber que su país seguirá en el terreno, para ellos y al lado de ellos, el tiempo que tome", afirmó en un mensaje desde la Casa Blanca.

"Estoy cerca de las familias de todos los que murieron en el tornado de Oklahoma, especialmente de aquellos que perdieron a niños pequeños. Únanse a mí para rezar por ellos", pidió el papa Francisco en Twitter.

La solidaridad no se hizo esperar: el basquetbolista Kevin Durant donó U$S 1 millón a la Cruz Roja; mientras que la cantante Shakira, la actriz, Mia Farrow, y la estrella del pop, Katy Perry, pidieron que se concreten ayudas para los afectados. "Dios bendiga a la gente de Oklahoma. Les envío amor y oraciones", escribió en su cuenta de Twitter la actriz Queen Latifah, un sentimiento que también expresaron el rapero Chris Brown, Rihana, los Jonas Brothers y Snoop Dogg, entre otros. (DPA-Reuters-Télam)

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