¡Gladiadores!

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Los M18 dejaron todo para dar vuelta un partido muy intenso.

UNA LUCHA DESPIADADA. Naranjitas y aguilitas no se dieron ni un centímetro de respiro, ya que ambos equipos fueron unas fieras a la hora de marcar. UNA LUCHA DESPIADADA. "Naranjitas" y "aguilitas" no se dieron ni un centímetro de respiro, ya que ambos equipos fueron unas fieras a la hora de marcar.
11 Abril 2013
SANTIAGO, (De nuestro enviado especial, Federico Espósito).- Ganar gustando y goleando siempre reconforta, pero a fin de cuentas los partidos que más se recuerdan son aquellos en los que la victoria llega por diferencias mínimas y tras haber dejado la vida para conseguirla. La semifinal que los "naranjitas" M18 le ganaron ayer a Buenos Aires tendrá su espacio en la memoria. Apelando al corazón cuando el juego no era suficiente, logró dar vuelta un resultado que había comenzado siendo adverso, y se impuso 8 a 5.

El resultado final puede inducir a una lectura errónea: fue un choque emocionante de principio a fin, en el que la paridad se debió a una gran tarea defensiva en ambos lados. Ninguno de los dos ganó ni medio metro sin luchar ferozmente por él, pero Buenos Aires fue más efectivo: llegó con claridad una sola vez y concretó con un veloz contragolpe que agarró mal parada a la defensa tucumana. Así y todo, los "naranjitas" dejaron una mejor imagen en general durante el primer tiempo, y si no se llevaron el parcial fue porque el viento desvió los dos penales que ejecutó Matías Ferro Chavanne.

La oportunidad de los "naranjitas" llegó al comienzo del segundo tiempo: las "aguilitas" se quedaron con dos hombres menos por amonestaciones y el malón tucumano se le fue encima. Buenos Aires defendió con el alma, pero no pudo contener a Santiago Portillo, que apoyó y puso la igualdad. Poco después, un maul le dio la posibilidad a Ferro Chavanne de poner al frente a su equipo con un penal.

El resto del partido fue lo más parecido a una eternidad: Buenos Aires intentó una y otra vez, pero la defensa tucumana se lo negó, incluso cuando el tiempo reglamentario ya se había cumplido hacía rato. Semejante esfuerzo tuvo su premio: más que avanzar a la final contra Cuyo (venció a Rosario 22 a 6), los "naranjitas" se recibieron de hombres.

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