
OTRO OFICIO. Además de empleado bancario, Ramiro Martín, también es cantante. ARCHIVO LA GACETA

Había llegado al hospital Centro de Salud con el 25% de su cuerpo quemado por el accidentado festejo que protagonizó durante su despedida de soltero. Por estos días, Rodrigo Martín, el empleado del banco Macro de Concepción, se recupera favorablemente de las heridas, luego de afrontar un tratamiento cicatrizante, que consistía en aplicaciones de piel de cerdo sobre las lesiones.
Manolo Martín, su padre, afirmó que a su hijo ya le retiraron las láminas de dermis porcina que tuvo sobre las heridas durante una semana. Además, contó que permanece internado en terapia intensiva, y con poco contacto con personas para evitar que las heridas reciban impurezas. "Por razones de higiene, los médicos recomendaron que continúe bajo este régimen", explicó.

"El tratamiento fue doloroso, pero Rodrigo está de buen ánimo y su salud no corre peligro. Él dice que su esposa no se salvará del casamiento", señaló el hombre en diálogo con LA GACETA.
Las quemaduras del empleado bancario, que además de cajero es cantante, están localizadas en los muslos, en las piernas, en el abdomen inferior, en los brazos y en las manos. Las circunstancias en las que se produjo el accidente aún no están claras. Sin embargo, la versión más firme es que ocurrió en medio de un festejo que se desarrolló en la entidad bancaria ubicada en Concepción, provocado por la combustión del alcohol que usa en la tinta de los sellos.

El hombre afirmó que la decisión de que se investiguen los hechos que derivaron en las quemaduras de su hijo "será un decisión que tomará él". "No puedo opinar sobre eso. Él es adulto y sabrá qué hacer. Lo que yo se es que él quiere que no les pase nada a sus amigos. Tiene una gran amistad quiere lo mejor para ellos", manifestó Martín. Por último, señaló que la futura esposa de su hijo está ansiosa por la recuperación de Rodrigo. "No piensa en el casamiento. Lo que más le importa es que se se ponga bien. La boda se verá después", concluyó. LA GACETA ©






