Un empate con sinsabor para el "millonario"

Un empate con sinsabor para el "millonario"

River no supo darle el golpe de gracia a un adversario que estaba para el cachetazo. Casi como una sentencia, suele afirmarse que los partidos de tamaña relevancia suelen decidirse en los detalles... Y también en los errores. Como el de Orion en los albores del superclásico, sin cuya complicidad el tiro libre de Ponzio hubiese quedado como una simple aproximación al arco "xeneize". El yerro del golero provocó que River se agrandara y se adueñara de la escena. Impulsado por el factor anímico favorable, se imponía con nitidez en el manejo territorial y de la pelota. Enfrente, un Boca desequilibrado en todas sus lineas, no podía engendrar ni un tímido intento por arrimarse a los dominios de Barovero. Es cierto que River (ganaba tranquilamente, pero perdió a Ramiro Funes Mori y a Martín Aguirre por lesiones) no tradujo esa supremacía en muchas situaciones de gol, pero gobernaba el trámite ante un rival muy frágil, con un medio campo que no recuperaba, con sus puntas poco abastecidos y perdidos en el entramado defensivo "millonario", y una defensa demasiado endeble.

En los desaguisados de la zaga visitante, vale decirlo, hubo un gran culpable: Rodrigo Mora, la figura del encuentro. Por presencia, picardía y habilidad, el uruguayo enloqueció a la zaga "auriazul" y se torna poco entendible su reemplazo porque era una amenaza de gol latente en cada maniobra que protagonizó.

Cona la chapa puesta del 2-0, parecía asunto resuelto. Pero González Pirez le cometió penal a Acosta y, ejecución precisa de Silva mediante, devolvió al elenco de Falcioni al partido. Ya en el tiempo adicionado, un remate de Trezeguet -de poca influencia en el cotejo- produjo un rebote que devino en el empate de Ervitti e hizo desplomar la felicidad que en más de 90' fue patrimonio exclusivo de River. LA GACETA ©

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