17 Octubre 2012
CASA POR LA VENTANA. El acto de Obama del 6 de setiembre fue costoso. REUTERS
WASHINGTON.- Al demócrata Barack Obama no le gusta pedir dinero, pero hizo que las cien personas que participaron en la cena de recaudación de fondos organizada por la cantante Beyoncé y su esposo, Jay-Z, pagaran U$S 40.000 por cabeza, en función de la regla número uno de las campañas políticas: el dinero es el nervio de la guerra.
Desde mayo, el Presidente de Estados Unidos, que busca la reelección en los comicios del 6 de noviembre, ha participado en 69 eventos similares, con asientos que llegaron a costar varias decenas de miles de dólares.
Su rival, el republicano Mitt Romney, ha organizado 105 encuentros cercanos con aportantes, con lo cual ambos han protagonizado una carrera en búsqueda de fondos para sus respectivas actividades proselitistas que ha movido unos U$S 1.300 millones. Sin embargo, esta campaña no será mucho más costosa que la precedente, de 2008, ya que ahora Obama no tuvo que financiar la primaria dentro de su partido, cuando compitió con Hillary Clinton.
Los contendientes estuvieron frente a frente nuevamente anoche, en el segundo de los tres debates televisados en directo antes de la votación, donde debieron responder preguntas del público, en la Universidad de Hofstra de Nueva York. El último round tendrá lugar el lunes en Boca Raton, Florida, y se centrará en la política exterior.
El peso de estos encuentros recae sobre el mandatario, de un sorpresivo flojo desempeño en el primer debate, que tuvo lugar en Denver hace dos semanas. "Casi toda la presión estará sobre Obama esta vez; tiene que enderezar el barco e infundir nuevamente confianza a los demócratas", afirmó Andrew Taylor, docente y analista político en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Dinero de distinto origen
Según cifras oficiales comunicadas a la Comisión Federal Electoral (FEC), hasta el 31 de agosto el candidato demócrata había recaudado U$S 432 millones contra U$S 274 millones de Romney, en tanto aportes directos a sus personas.
A ello hay que agregar los fondos recaudados por los partidos Demócrata y Republicano (U$S 233 y U$S 283 millones respectivamente) y por los comités de apoyo independientes, los llamados Súper PAC (por las siglas en inglés de los Comités de Acción Política, que deben revelar el nombre de los donantes), que reunieron U$S 36 y U$S 97 millones para cada candidato, respectivamente.
Sumando las cifras se llega a U$S 701 millones para Obama y U$S 654 millones para Romney, con un global superior a los U$S 1.300 millones entre ambos.
La supremacía de Obama sobre Romney es clara, fundamentalmente en razón del flujo de pequeñas donaciones privadas: el 37% de los fondos recaudados por el mandatario provienen de cheques personales de menos de U$S 200 dólares, frente a sólo el 16% del republicano en ese rubro, según datos compilados por el sitio web opensecrets.org.
El opositor compensa con una avalancha de dinero y aportes de los sectores más ricos y de organizaciones privadas que solventan parte de su campaña, sin límites legales para recaudar fondos de particulares adinerados, empresas y sindicatos, ya que no están obligadas a revelar la identidad de sus benefactores.
Una encuesta de Reuters/Ipsos, conocida el lunes, le dio una ventaja de sólo dos puntos (dentro del margen de error estadístico) a Obama, con el 47% de las preferencias electorales frente al 45% del republicano, brecha que se vino estrechando desde hace un mes, lo que augura un final de campaña indefinido y a todo o nada por parte de los candidatos.
Obama sigue al frente en los sondeos en cuestiones centrales como la asistencia sanitaria y es el elegido de los votantes cuando se les pregunta con quién pasarían parte de su tiempo. En lo referido al matrimonio homosexual y al aborto, temas sociales que no surgieron en Denver, el jefe de Estado también lidera las preferencias.
No obstante, Romney ha logrado estrechar la diferencia en el rubro de ser agradable, en su personalidad y en su presentación, así como también en lo presidenciable que es, comparado con el actual mandatario. El repunte del postulante conservador se basa, especialmente, en su proyecto económico destinado a reducir el déficit del Gobierno federal. (AFP-Reuters)
Desde mayo, el Presidente de Estados Unidos, que busca la reelección en los comicios del 6 de noviembre, ha participado en 69 eventos similares, con asientos que llegaron a costar varias decenas de miles de dólares.
Su rival, el republicano Mitt Romney, ha organizado 105 encuentros cercanos con aportantes, con lo cual ambos han protagonizado una carrera en búsqueda de fondos para sus respectivas actividades proselitistas que ha movido unos U$S 1.300 millones. Sin embargo, esta campaña no será mucho más costosa que la precedente, de 2008, ya que ahora Obama no tuvo que financiar la primaria dentro de su partido, cuando compitió con Hillary Clinton.
Los contendientes estuvieron frente a frente nuevamente anoche, en el segundo de los tres debates televisados en directo antes de la votación, donde debieron responder preguntas del público, en la Universidad de Hofstra de Nueva York. El último round tendrá lugar el lunes en Boca Raton, Florida, y se centrará en la política exterior.
El peso de estos encuentros recae sobre el mandatario, de un sorpresivo flojo desempeño en el primer debate, que tuvo lugar en Denver hace dos semanas. "Casi toda la presión estará sobre Obama esta vez; tiene que enderezar el barco e infundir nuevamente confianza a los demócratas", afirmó Andrew Taylor, docente y analista político en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Dinero de distinto origen
Según cifras oficiales comunicadas a la Comisión Federal Electoral (FEC), hasta el 31 de agosto el candidato demócrata había recaudado U$S 432 millones contra U$S 274 millones de Romney, en tanto aportes directos a sus personas.
A ello hay que agregar los fondos recaudados por los partidos Demócrata y Republicano (U$S 233 y U$S 283 millones respectivamente) y por los comités de apoyo independientes, los llamados Súper PAC (por las siglas en inglés de los Comités de Acción Política, que deben revelar el nombre de los donantes), que reunieron U$S 36 y U$S 97 millones para cada candidato, respectivamente.
Sumando las cifras se llega a U$S 701 millones para Obama y U$S 654 millones para Romney, con un global superior a los U$S 1.300 millones entre ambos.
La supremacía de Obama sobre Romney es clara, fundamentalmente en razón del flujo de pequeñas donaciones privadas: el 37% de los fondos recaudados por el mandatario provienen de cheques personales de menos de U$S 200 dólares, frente a sólo el 16% del republicano en ese rubro, según datos compilados por el sitio web opensecrets.org.
El opositor compensa con una avalancha de dinero y aportes de los sectores más ricos y de organizaciones privadas que solventan parte de su campaña, sin límites legales para recaudar fondos de particulares adinerados, empresas y sindicatos, ya que no están obligadas a revelar la identidad de sus benefactores.
Una encuesta de Reuters/Ipsos, conocida el lunes, le dio una ventaja de sólo dos puntos (dentro del margen de error estadístico) a Obama, con el 47% de las preferencias electorales frente al 45% del republicano, brecha que se vino estrechando desde hace un mes, lo que augura un final de campaña indefinido y a todo o nada por parte de los candidatos.
Obama sigue al frente en los sondeos en cuestiones centrales como la asistencia sanitaria y es el elegido de los votantes cuando se les pregunta con quién pasarían parte de su tiempo. En lo referido al matrimonio homosexual y al aborto, temas sociales que no surgieron en Denver, el jefe de Estado también lidera las preferencias.
No obstante, Romney ha logrado estrechar la diferencia en el rubro de ser agradable, en su personalidad y en su presentación, así como también en lo presidenciable que es, comparado con el actual mandatario. El repunte del postulante conservador se basa, especialmente, en su proyecto económico destinado a reducir el déficit del Gobierno federal. (AFP-Reuters)
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