El Vaticano se tomaría su tiempo para investigar al obispo Bargalló

BUENOS AIRES.- "La Iglesia se toma sus tiempos", suele decirse en los pasillos del Vaticano cuando hay temas urticantes en la agenda. Y cuando todavía no se apagó el fuego por la filtración de datos secetos por lo que permenece detenido el mayordomo del Papa Benedicto XVI, estalló el escándalo del obispo Fernando Bargalló.

Por ese dicho, que tiene mucho de realidad, se especula con que tardará en llegar la decisión del sumo pontífice respecto del futuro del sacerdote argentino que fue sorprendido con una mujer en un lujoso hotel mexicano. Pero más allá de la aparente ruptura del celibato, lo que preocupa en la Santa Sede es el cargo que ostenta el acuisado, y su relevancia mediática y social en América latina.

Una fuente del Vaticano citada por Lanacion.com.ar explicó que la remoción del obispo argentino por parte del Papa -el único que nombra y remueve obispos-, sólo ocurrirá cuando concluya la investigación sobre su caso.

"La Iglesia se toma sus tiempos, el acusado dio su versión y ahora hay que averiguar", dijo la fuente.

En el informe trabajan la nunciatura -la embajada del Vaticano en Buenos Aires- que lidera monseñor Emil Paul Tscherrug, y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), presidida por monseñor José María Arancedo, un canonista que está al tanto de todo.

Al parecer, tanto en la nunciatura como en la CEA cayó bien la declaración realizada hace unos días por el obispo Bargalló, que es presidente del Consejo de Pastoral Social-Cáritas para la Región América Latina y el Caribe. En ella, argumentaba que se trataba de una amiga de la infancia, y negaba tener una relación sentimental con ella. 

Además, Bargalló habría dirigido las sospechas a una maniobra política del intendente de Merlo, Raúl Othacehé, con quien mantiene una vieja enemistad. (Lanacion.com.ar)