Desaparecen las condenas por consumo de drogas

La Policía irrumpe en el departamento en el que viven tres jóvenes, requisa todo y descubre cuatro plantas de marihuana en el balcón. Una madre entra en una prisión para pasar los próximos años entre rejas por tráfico de estupefacientes. "Por favor, no me lleven; este es el único trabajo que tengo para darles de comer a mis hijos", reclama un hombre antes de ser detenido, por segunda vez, por venta de drogas al menudeo en un barrio periférico. Un adolescente adicto es aprehendido por asalto y empieza, por orden judicial, una terapia de desintoxicación en un servicio de asistencia provincial, desbordado de casos. 

Los protagonistas son anónimos. Los hechos, reales. Ocurrieron en los últimos tres meses en la provincia. Son las consecuencias desiguales de un mismo tema: el consumo y el tráfico drogas. Ambas acciones aumentaron en forma exponencial en poco tiempo. Nada parece frenarlas. Y, evidentemente, algo está fallando. En esto coincidieron los diputados nacionales, quienes se embarcaron en una discusión que pretende actualizar la legislación de estupefacientes.

Entre opiniones a favor y en contra, esta semana quedó claro que empieza a liberarse el camino hacia la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal. La idea es dejar de perseguir al consumidor y atacar los eslabones más fuertes de la cadena del narcotráfico.

En los hechos, el consumo de algunas sustancias ilegales como la marihuana está prácticamente despenalizado, coinciden los especialistas, jueces, madres de adictos y médicos. En Tucumán, por ejemplo, ya no hay sentencias que condenen a quien usa estupefacientes en el ámbito privado, sobre todo desde 2009, después del fallo de la Corte Suprema de Justicia en el caso Arriola, que consideró que no se puede castigar al consumidor.

Según los datos aportados por el Tribunal Oral Federal, de las 34 sentencias que se dictaron el año pasado (22 fueron por medio de juicios abreviados) en ningún caso hubo fallos condenatorios por tenencia de drogas para consumo personal.

"Prácticamente se absuelven todas las causas de tenencia de drogas para consumo. Si es que hubiese condena, generalmente se sustituye la pena por medidas educativas, que consisten en cursos en los cuales se instruye a los imputados sobre los daños que producen sobre la salud los estupefacientes. Generalmente lo que se analiza bien es el lugar donde se produce el acto, la cantidad de drogas que se usó y si la persona involucrada estuvo haciendo proselitismo", contó el camarista Gabriel Casas, del Tribunal Oral Federal.

Al magistrado le parece positivo que se avance en la desincriminalización de la tenencia de drogas para consumo personal. "Se trata de convertir en ley algo que ya viene sucediendo en los hechos. Es saludable que se aclare esto y contar con una normativa para evitar posibles cuestionamientos", sostuvo.

De aprobarse la despenalización de la tenencia para consumo personal se terminaría con el derroche de esfuerzos policiales en casos que, generalmente, terminan desechados en la Justicia.

Esto quedó claro en un informe realizado el año pasado en el Juzgado Federal Nº 2. El estudio realizado sobre 50 causas reveló que las fuerzas de seguridad reprimieron más el consumo de estupefacientes (62 % de los expedientes ingresados) y menos al tráfico (38 % de las causas).

Además, se mostró que la actividad estatal represiva no se dirige principalmente a los grandes narcotraficantes: el 90% de los detenidos en los procedimientos son desempleados, que habitan en barrios pobres.

Aunque se realizaron varios allanamientos en los que resultaron demoradas personas que llevaban poca sustancia y que, se sospecha, era para uso personal, la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop) ha ido concentrando más su trabajo hacia los puntos de venta y disminuyendo su represión sobre los consumidores, especificó el comisario Fabián Salvatore, quien dirige la Digedrop.

Según informó, este año se incrementaron un 30% los operativos antidrogas. "Ya no vamos detrás del consumidor, eso lo tenemos claro", señaló el uniformado, quien no cree que la despenalización pueda limitar el trabajo de la Fuerza.

Los principales cambios que se analizan

En el caso de la tenencia, se modificaría el artículo 14 de la ley actual: ahora reprime a quien tiene drogas. Si se cambia, sólo sería penado quien tenga estupefacientes para venderlos.

Si avanza la discusión, no se castigará más el consumo en la vía pública, siempre que no perjudique a terceros o que con este acto se incite o induzca a un menor de edad a consumir.

Tampoco serán detenidos quienes cultiven plantas y tengan semillas para consumo personal. Según el borrador, sólo será reprimido quien siembre o cultive plantas con fines comerciales.

No se estipula la cantidad de droga que determina si es para consumo o venta. Los fiscales y jueces deberán demostrar que la tenencia no es para consumo de acuerdo a cada caso.

La reforma de la ley de drogas propone penas excarcelables para las "mulas", quienes transportan droga en escasa cantidad. El objetivo es aumentar penas para los grandes narcotraficantes.

Si bien hay ocho proyectos de ley, en Diputados llevarán al recinto uno consensuado la próxima semana. Hay acuerdo entre los tres principales bloques: oficialismo, UCR y centroizquierda.