Se calló una voz esencial de la literatura

Se calló una voz esencial de la literatura

El escritor y ensayista, uno de los representantes más conspicuos del "boom" latinoamericano, falleció en su México natal a los 83 años.

EN 1966. Fuentes junto a Mario Vargas Llosa y su mujer, Juan Carlos Onetti y Pablo Neruda. EN 1966. Fuentes junto a Mario Vargas Llosa y su mujer, Juan Carlos Onetti y Pablo Neruda.
16 Mayo 2012
Fue un cosmopolita. Un hombre de pluma afilada, siempre listo para la polémica. Tal vez por eso la muerte de Carlos Fuentes -ocurrida ayer a los 83 años debido a problemas cardíacos- tomó por sorpresa no sólo a México, sino también a todo el mundo. Lejos de refugiarse en su escritorio, Fuentes siempre estaba dispuesto a tomar el toro por los cuernos para hablar de asuntos como su postura a favor de la legalización de las drogas, sobre la corrupción o la política.

Desde hace años se lo mencionaba como candidato al Premio Nobel de Literatura, conseguido por el colombiano Gabriel García Márquez en 1982. Fuentes decía que ya había sido premiado a través de su amigo, a quien conoció en México en 1962 y con el que formó parte del famoso "boom" latinoamericano.

"Cuando se lo dieron a García Márquez me lo dieron a mí, a mi generación, a la novela latinoamericana que nosotros representamos en un momento dado. De manera que yo me doy por premiado", afirmaba.

Fuentes, ex diplomático, novelista, articulista y cuentista, acababa de publicar "La gran novela latinoamericana" y su libro de ficción "Carolina Grau".

Nació el 11 de noviembre de 1928 en Panamá, hijo de un diplomático. Era la pluma más relevante del México contemporáneo, agitador constante del debate político, y ocupaba un sitio de honor en el salón de figuras ilustres de la literatura mexicana junto a nombres como Juan Rulfo y Octavio Paz.

Durante el más de medio siglo transcurrido desde su primer libro, el volumen de cuentos "Los días enmascarados" (de 1954), Fuentes desmenuzó la historia, la actualidad y el futuro de México. Autocatalogado como una persona de izquierda, fue un activo promotor de la democratización del país y del fin del régimen de 70 años del Partido Revolucionario Institucional (aunque fue embajador en Francia bajo el gobierno de Luis Echeverría).

Su vida personal estuvo marcada por la tragedia de la muerte de los dos únicos hijos que tuvo con su segunda esposa, Silvia Lemus. Su hija Natascha apareció sin vida a los 29 años en un barrio de México conocido por la venta de drogas; y su hijo Carlos, hemofílico, falleció a los 25.

La muerte lo encontró en su ciudad, en la "región más transparente" de sus letras.

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