Cristo ha resucitado y nos espera en la Eucaristía

Cristo ha resucitado y nos espera en la Eucaristía

08 Abril 2012
El Calvario finaliza en la Resurrección, el dolor en la alegría; la noche de dolor en la noche de gloria; las tinieblas en la luz. La Noche de Pascua da paso al día, pero no a un día cualquiera: la Noche Santa de Pascua es el origen del Día eterno de gloria sin fin que resplandece y da vida a la Iglesia; la Noche de Pascua es el origen del Alba radiante, de la Mañana Luminosa que ilumina los días de la Iglesia y de sus hijos. De la Noche Santa de Pascua surge, del oscuro sepulcro, la Luz Inmaculada de Dios, el Sol Divino, Cristo Resucitado. Ya María a las puertas del sepulcro prefiguraba y anticipaba el Nuevo Día, la aparición del Sol radiante, Cristo resucitado: María a las puertas del sepulcro es la Aurora de la Mañana, que anuncia el fin de la noche, el fin de las tinieblas y el comienzo del Día sin ocaso, la aparición de su Hijo, Jesús resucitado.

La Noche Santa de Pascua es el origen del Día sin ocaso de la eternidad divina. "Esta es la Noche Santa", canta la Iglesia, exultando de alegría: luego de haber llorado la muerte del Redentor, la Iglesia se alegra ahora con una alegría sobrenatural, desbordante, porque su Esposo ha resucitado, vive, y ya no muere más.

Reflexionemos
La misión de la Iglesia es cantar el triunfo del Hombre-Dios, del Dios-Luz, sobre las tinieblas del infierno y del demonio; es anunciar, con gozo y alegría, que Cristo ha dejado vacío el sepulcro para ocupar el Sagrario y el altar; es anunciar que, resucitado, nos comunica el Espíritu de Dios, por el cual somos hechos hijos de Dios y así, como hijos en el Hijo, unidos a Él, estamos llamados a cumplir la misma Pascua, el mismo Paso, de esta vida a la otra, al seno del Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo.

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