Los números ya se han expedido: según lo consignó LA GACETA en la edición de ayer, la casa "santa" recibe mucho menos de lo que despide. En ese sentido, el desequilibrio en sus filas es obvio y costará rearmar la formación. Los hinchas, por su parte, bifurcaron su aliento entre la cancha y la plaza y a pesar de que los dos quieren lo mismo para el club, parecen estar en polos opuestos.
Marcelo Díaz, licenciado en marketing de 42 años y plateísta "santo", admite que la situación del club es de una debilidad importante pero confía en la dirigencia, descree de los autoconvocados y manda un mensaje. "El Gobierno no nos ayuda. ¿Será porque está en contra de la familia Ale? Acá transmiten rugby por canales de aire y a nuestros primos hermanos y a nosotros no", plantea.
"Los autoconvocados no son hinchas de San Martín, ni nunca lo fueron. Siempre dije que el señor Abraham Salame se equivocó en hablar con ellos. ¿Cuántos son? 70, 80, 1.000" se contesta. "San Martín mueve 30.000 personas", reflexiona. No es precisamente el flujo de gente que concurre a los últimos partidos, pero así como este hincha, hubo varios que pese al malestar económico, critican la actitud de los autoconvocados.
"Económicamente la podemos pasar muy mal si seguimos así, pero creo que esta dirigencia es la única capacitada para sacarnos de esto. El hecho de no tener sponsors y que venga poca gente nos va a complicar. Confío en la comisión directiva a muerte", aseguró Emiliano Sabra, comerciante de 26 años.
"Los que escuchan el partido en la plaza sólo ponen una excusa para no venir. No creo que ninguno de ellos sea socio del club. No digo que no tienen derecho, pero...", agregó el fanático.
Otros, en cambio, fueron más comprensibles con el movimiento de los autoconvocados y no tuvieron problemas en agarrarse contra la dirigencia actual. "Si seguimos así, económicamente vamos a terminar muy mal. No va nadie al estadio. Los que van a la plaza tendrán sus razones y estarán más disconformes que los que venimos. No apoyo a a esta dirigencia", confiesa un señor que apura el paso y cuando se le consulta el nombre, responde sonriente: "Juan Pérez, me llamo".
Su amigo tampoco quiere dar el nombre, pero deja su mensaje: "se tienen que ir todos los dirigentes". Clarito, pero sin firma. Orlando Jiménez también está enojado con la actual directiva y tiene bien en claro de quién son las responsabilidades en esta pasar económico paupérrimo. "Esto es culpa de la comisión directiva. No estoy de acuerdo con ella. Todo esto le va a afectar económicamente mucho al club. Se está perdiendo mucho", puntualizó.
De un bando o del otro, los números ya no hablan, sino que gritan. El presente del club necesitará de una comunión de objetivos. Está claro que la división entre los hinchas no ayudará. Las tribunas lo sienten.
Marcelo Díaz, licenciado en marketing de 42 años y plateísta "santo", admite que la situación del club es de una debilidad importante pero confía en la dirigencia, descree de los autoconvocados y manda un mensaje. "El Gobierno no nos ayuda. ¿Será porque está en contra de la familia Ale? Acá transmiten rugby por canales de aire y a nuestros primos hermanos y a nosotros no", plantea.
"Los autoconvocados no son hinchas de San Martín, ni nunca lo fueron. Siempre dije que el señor Abraham Salame se equivocó en hablar con ellos. ¿Cuántos son? 70, 80, 1.000" se contesta. "San Martín mueve 30.000 personas", reflexiona. No es precisamente el flujo de gente que concurre a los últimos partidos, pero así como este hincha, hubo varios que pese al malestar económico, critican la actitud de los autoconvocados.
"Económicamente la podemos pasar muy mal si seguimos así, pero creo que esta dirigencia es la única capacitada para sacarnos de esto. El hecho de no tener sponsors y que venga poca gente nos va a complicar. Confío en la comisión directiva a muerte", aseguró Emiliano Sabra, comerciante de 26 años.
"Los que escuchan el partido en la plaza sólo ponen una excusa para no venir. No creo que ninguno de ellos sea socio del club. No digo que no tienen derecho, pero...", agregó el fanático.
Otros, en cambio, fueron más comprensibles con el movimiento de los autoconvocados y no tuvieron problemas en agarrarse contra la dirigencia actual. "Si seguimos así, económicamente vamos a terminar muy mal. No va nadie al estadio. Los que van a la plaza tendrán sus razones y estarán más disconformes que los que venimos. No apoyo a a esta dirigencia", confiesa un señor que apura el paso y cuando se le consulta el nombre, responde sonriente: "Juan Pérez, me llamo".
Su amigo tampoco quiere dar el nombre, pero deja su mensaje: "se tienen que ir todos los dirigentes". Clarito, pero sin firma. Orlando Jiménez también está enojado con la actual directiva y tiene bien en claro de quién son las responsabilidades en esta pasar económico paupérrimo. "Esto es culpa de la comisión directiva. No estoy de acuerdo con ella. Todo esto le va a afectar económicamente mucho al club. Se está perdiendo mucho", puntualizó.
De un bando o del otro, los números ya no hablan, sino que gritan. El presente del club necesitará de una comunión de objetivos. Está claro que la división entre los hinchas no ayudará. Las tribunas lo sienten.








