Más de 70 años de historia que resuenan como un eco

Más de 70 años de historia que resuenan como un eco

Una inundación obligó a dejar de lado la vieja "escuela rancho"

ALFORJAS. Úrsula Ortega y Esteban Sahian aferran la carga antes de partir.  LA GACETA / FOTO DE EZEQUIEL LAZARTE ALFORJAS. Úrsula Ortega y Esteban Sahian aferran la carga antes de partir. LA GACETA / FOTO DE EZEQUIEL LAZARTE
11 Septiembre 2011
Nació en los años 40. Era apenas una precaria construcción de adobe y techo de paja. Lo que durante muchos años se llamó "escuela rancho". Pero a mediados de los 60 hubo una gran inundación que provocó derrumbes y desplazamientos del terreno, lo que dejó a la vieja escuela N°70 sin fuerzas para sostenerse.

Tras aquel ataque feroz de la naturaleza se anuló el añejo espacio escolar para dar lugar a una nueva construcción a base de materiales más firmes y techo de zinc. Hoy en día, con más de 40 años de vida, el edificio cuenta con paneles solares para abastecerse mínimamente de energía eléctrica. La directora María Isabel Todorovich recuerda las dificultades con que se lograron subir los paneles de machimbre para el cielorraso del salón.

Los lugareños ayudaron en el traslado de los materiales. "Fue un trabajo de hormiga -dice la directora-, porque los caballos no podían traer todas las piezas en un solo viaje".

Sin el respaldo de los padres no se puede progresar. Nadie duda en aportar un granito de arena en beneficio de todos. De hecho, la cocinera María Teresa Salazar estudió en la vieja escuela; ahora sus hijos cursan en el nuevo edificio y su padre, Gerardo Salazar, trabajó en el mantenimiento del viejo edificio. De esa manera, la educación va pasando de generación en generación.

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