Mojigatería e hipocresía, compañeras de la censura

Mojigatería e hipocresía, compañeras de la censura

Cualquier argumento para prohibir o no admitir la exposición de una obra de arte, sea por motivos ideológicos, morales o políticos, ingresan en el plano de la censura. En este caso, según lo explicó un funcionario de la Universidad Tecnológica de Tucumán, parece venir de la mano de razones "morales", tan antiguas casi como el propio arte. Desde el propio Miguel Ángel que tuvo que borrar algunos desnudos en la Capilla Sixtina, pasando por Rembrandt ("Júpiter y Antíope", de 1659) hasta la serie de la Cicciolina de Jeff Koons, la censura ha estado presente y ha hecho estragos con el arte; y tanto en dictaduras como en gobiernos constitucionales. Pero, igualmente, ha despertado la atención del público por trabajos que, en otras circunstancias, no la tendría. La instalación de Emiliano D?Amato y Walter Isa estaba destinada a exhibirse en una sala universitaria donde concurre un público adulto, que puede optar por ver o no. Pero además, su contenido mismo, no avanzaba mucho más de lo que se observa en la televisión. La mojigatería y la hipocresía son buenas compañeras de la censura.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios