Los chicos de la primaria no se aburren en clase

Los chicos de la primaria no se aburren en clase

"A veces, nosotros fomentamos la monotonía", afirmó una psicopedagoga. Un alumno se hacía expulsar del aula para evitar la clase del maestro

30 Abril 2011
Los chicos de la escuela primaria son muy participativos. El concepto resume la opinión de los expertos consultados y de los alumnos entrevistados al respecto.

"Recuerdo que en tercer grado solía tener un alumno, que sin aviso alguno y en medio de la explicación soltaba en voz alta: ?¡me aburro!? Afortunadamente lo interpreté correctamente como una deferencia que tenía para conmigo. Me avisaba que estaba dejando de prestarme atención y entonces podía pasar... ¡cualquier cosa! Siempre le agradecía el aviso y le pedía un poco de paciencia: ?sí, es cierto Diego, esto está siendo un poco aburrido. Verás que acabo en cinco minutos y luego hacemos otra cosa más divertida?, le decía. Aunque no siempre funcionó a la perfección, pero sí la mayoría de las veces", le dijo a LA GACETA María Roxana Rojo, psicopedagoga y docente de una escuela céntrica de esta capital.

Fomentadores

La profesora Rojo agregó que "en otras ocasiones somos nosotros quienes fomentamos la desconcentración; inconscientemente, no lo dudo, pero acabamos desarrollando el mayor de los tedios".

"Un colega de Matemáticas me dijo de un tutorando que, al no saber la tabla de multiplicar, que no podía hacer los ejercicios que mandaba, le bastaba con que el niño no molestara en clase", comentó María Luján de Carrión, maestra. "También he conocido padres y madres que me han dicho: ?Si mi hijo no quiere hacer nada, le doy permiso para que no lo haga, pero lo que no le permito es que se convierta en un ente recitador de nombres, fechas y números?", agregó la señora de Carrión.

"En esos casos -precisa María Eugenia Romero, docente de la escuela Patricias Argentinas- siempre recurro a una reflexión en voz alta y les digo: ?Miren, yo no sé bien, pero les aseguro que si a mí me obligan a tragarme una película en chino, yo, siendo ya adulta y equilibrada, nada nerviosa, con mis estudios hechos... no aguanto más de tres minutos sin salir del cine...? ¡Y pretendemos que su hijo adolescente, formándose como persona, vea tranquilamente y sin armarla todos los días una película en chino para él, de seis horas! ¡La verdad es que me parece imposible!"

Doble función

Carlos Juárez, padre de alumnos y también miembro de la docencia pasiva en la Normal, cree que se debe acabar con la monotonía en las clases. El auxiliar contó que en su época de docente activo tenía un alumno que se alegraba cada vez que lo sorprendía hablando o no prestándole atención a la clase "hasta que un día resolví preguntarle: ?¿por qué te alegrás tanto cada vez que te expulso de mi clase?? ?Maestro, me expulsará otra vez por la repuesta, pero lo cierto es que estando afuera y de penitencia, al menos, no me aburro tanto como en clase sin nada que hacer? ".

Juan Manuel cursa el quinto grado. El alumno considera que por naturaleza los chicos son más preguntones que los grandes. "En mi caso, no tengo miedo ni vergüenza; soy demasiado curioso. Tampoco me agrada quedarme con alguna duda", señaló. "Además en mi escuela (la Normal), entre los maestros y los alumnos hay mucho diálogo. Incluso a veces hablamos de lo que hacemos cada uno de nosotros cuando no estamos en la escuela, de cómo viven y de a qué dedican los padres", expuso sin tapujos el muchacho.

Mayor comunicación

"Lo que no preguntamos en la casa lo hacemos en la escuela o en el colegio. Ahora hay más comunicación entre docentes y particulares y con nuestros padres", aseveró Mariana Carrizo Gómez, alumna de sexto grado de un colegio privado de Yerba Buena.

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