29 Abril 2011
"Los londinenses que viven en mi barrio celebraron en la calle con comida y música la boda real del príncipe Guillermo y de Kate Middleton. También colgaron banderas británicas por todos lados y fotos de los novios. Mi vecindario queda en Mile End, al este de Londres. Los festejos se extendieron por todo el país, pero las zonas más visitadas fueron Hyde Park, Trafalgar Square y la plaza del Palacio de Buckingham.
El servicio religioso y las palabras del celebrante me parecieron muy
conmovedora y la gente está contenta por el acontecimiento. Además, se siente identificados con la pareja. Los protagonistas se comportaron con naturalidad y simpatía. Un persona que vive en la zona de donde proviene Kate (Berkshire) comentó que es una chica agradable y que suele entrar a las tiendas y hablar con los vecinos.
La gente destaca que sea una persona común y no de la familia real. Su llegada a la realeza simboliza la unión entre el pueblo y la monarquía. Además, los novios se eligieron mutuamente y se ven muy felices cuando están juntos. Ojalá que lo sean.
Hay una costumbre medieval que dice que para tener buena suerte en el
matrimonio hay que ponerse algo nuevo, algo viejo y algo azul. Los pendientes de la novia eran nuevos (fueron un regalo para
el día de la boda de parte de sus padres, Carole y Michael Middleton).
Lo azul fue la cinta azul cosida en el interior de su vestido de
novia, y lo viejo estuvo representado en la tradicional artesanía Carrickmacross, utilizada para adornar el vestido de la novia. Es decir, un pequeño retazo de encaje viejo prendido en en el vestido.
Lo prestado fue la tiara que usó Kate en la cabeza, construída por
Cartier, en 1936. La pieza fue comprada por el padre de la actual reina, el duque de York (más tarde el rey Jorge VI) para regalarle a su duquesa (más tarde la reina Isabel y Reina Madre), tres semanas antes de que
sucediera a su hermano como monarca. El valioso accesorio fue presentado a la princesa Elizabeth (actualmente la Reina) por su madre cuando cumplió 18 años y ahora la reina Isabel se la concedió a Kate. Sin dudas fue un acontecimiento muy emocionante y mágico".
El servicio religioso y las palabras del celebrante me parecieron muy
conmovedora y la gente está contenta por el acontecimiento. Además, se siente identificados con la pareja. Los protagonistas se comportaron con naturalidad y simpatía. Un persona que vive en la zona de donde proviene Kate (Berkshire) comentó que es una chica agradable y que suele entrar a las tiendas y hablar con los vecinos.
La gente destaca que sea una persona común y no de la familia real. Su llegada a la realeza simboliza la unión entre el pueblo y la monarquía. Además, los novios se eligieron mutuamente y se ven muy felices cuando están juntos. Ojalá que lo sean.
Hay una costumbre medieval que dice que para tener buena suerte en el
matrimonio hay que ponerse algo nuevo, algo viejo y algo azul. Los pendientes de la novia eran nuevos (fueron un regalo para
el día de la boda de parte de sus padres, Carole y Michael Middleton).
Lo azul fue la cinta azul cosida en el interior de su vestido de
novia, y lo viejo estuvo representado en la tradicional artesanía Carrickmacross, utilizada para adornar el vestido de la novia. Es decir, un pequeño retazo de encaje viejo prendido en en el vestido.
Lo prestado fue la tiara que usó Kate en la cabeza, construída por
Cartier, en 1936. La pieza fue comprada por el padre de la actual reina, el duque de York (más tarde el rey Jorge VI) para regalarle a su duquesa (más tarde la reina Isabel y Reina Madre), tres semanas antes de que
sucediera a su hermano como monarca. El valioso accesorio fue presentado a la princesa Elizabeth (actualmente la Reina) por su madre cuando cumplió 18 años y ahora la reina Isabel se la concedió a Kate. Sin dudas fue un acontecimiento muy emocionante y mágico".
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