A la madre naturaleza no le importa ser votada ni vetada

A la madre naturaleza no le importa ser votada ni vetada

Por Osvaldo Aiziczon - Psicólogo

24 Febrero 2011
A usted quizá no haga falta que le cuente distintas novedades tales como resultados de fútbol, cambios en la economía o sucesos sociales y policiales. Sabrá, además, que estamos en un año electoral y que los candidatos se aprestan para sus campañas. Usted lo sabe. Yo lo sé. Pero ella? ¿también? ¿Cómo que quién es ella? ¡Ella, la madre naturaleza! ¿No sintió el temblor? El temblor no es una noticia, es algo que vivimos todos al mismo tiempo y con el mismo miedo. ¿Y quién fue la protagonista principal? Ella, la madre naturaleza (es difícil llamarla mamá). Con toda la fuerza de los poderosos apareció de repente y se fue de golpe dejándonos la clara sensación sobre quién es la que manda. Cuándo, cuánto, dónde y cómo ella quiera.

Es tan demoledora su capacidad que puede ganar una elección aunque nadie la elija. Es, como suele decirse, soberana. Nadie puede predecirla y cuando llega nada puede rebatir su poder. Tiene fuerza para dar sentido y también para quitarlo. Para hacernos pensar en lo que nunca pensamos o para convencernos que quizá es mejor no pensar. No le importa ser votada ni vetada. Usted sabe qué pasa cuando el miedo ocupa el primer lugar. Surge una psicología de sobrevivencia dramática donde las prioridades verdaderas suelen diferir -y mucho- con las expresadas en climas de comodidad. Usted me entiende: no nos movemos: somos movidos. Y lleva más de 10 segundos darse cuenta de eso. Y mientras trata de averiguar quién es la que manda usted? obedece. Usted obedece lo que el miedo, secretario del terror, le indica, mientras ruega que sea cierto aquello de que el miedo no es zonzo. Usted no me niegue que todo temblor es, en cierto modo, maternal ya que proviene de las entrañas de la tierra. También usted puede suponer que esta madre naturaleza quiere enseñarnos algo con esta aparición en la que muestra que ella tiembla de un modo y nosotros de otro.

Dada la naturaleza humana, y sus crueldades, quizá no debiera escandalizarse tanto frente a estos espejos del terror. Y Defensa Civil no cubre la angustia.

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