22 Febrero 2011
Mientras se desempeñó como embajador en Estados Unidos, entre 2007 y 2010, el canciller Héctor Timerman fue uno de los principales impulsores del reingreso del limón tucumano al mercado norteamericano. Dio continuidad a este propósito en su actual función de ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Argentina. Sin embargo, el reciente conflicto que se desató por el avión estadounidense demorado en el aeropuerto de Ezeiza puso a Timerman en el centro de un conflicto diplomático que podría obstaculizar el retorno de la fruta tucumana a la principal economía del mundo. Los citricultores valoran el aporte de Timerman a su causa, pero los inquieta las derivaciones que podría tener el conflicto. "No creo que sea positivo que nos enojemos con un país al que intentamos venderle algo, como el limón, en este caso", dijo a LA GACETA el presidente de la Asociación Tucumana del Citrus (ATC), Roberto Sánchez Loria. Los citricultores y organismos como el Senasa y la Cancillería buscan demostrar que no existe en Tucumán denominada Clorosis Variegada de los Citrus (CVC), la última exigencia del gobierno norteamericano. "Esperemos que se logre separar finalmente lo comercial y lo sanitario de lo político", remarcó Sánchez Loria. Desde el Gobierno tucumano buscaron bajarle intensidad a la crisis. "El hecho actual es político, y la cuestión con el limón es un negocio", dijo el secretario de Desarrollo Productivo, Jorge Feijóo.
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