Las pujas salariales prometen ser muy complejas

Las pujas salariales prometen ser muy complejas

Los gremios se preparan para iniciar negociaciones por salarios con las empresas que prometen ser dificultosas, en parte porque se preanuncian planteos sobre mejoras que podrían ser superiores al 30%, en base a las expectativas inflacionarias para el presente año. El sector privado observa con mucha preocupación el proceso y el Gobierno pide prudencia en los reclamos.

NEGOCIACIONES CLAVE. Los sindicatos evalúan formular propuestas de subas salariales que brinden un paraguas contra la inflación, que se cree que rondará el 30% este año, pese a que el Gobierno considera desmesurada esta previsión. ARCHIVO NEGOCIACIONES CLAVE. Los sindicatos evalúan formular propuestas de subas salariales que brinden un paraguas contra la inflación, que se cree que rondará el 30% este año, pese a que el Gobierno considera desmesurada esta previsión. ARCHIVO
06 Febrero 2011
Paritarias. El término es el más esperado por el sector laboral, y el que más inquieta a los empresarios, que particularmente este año vislumbran que los reclamos por actualizaciones salariales superarán sus expectativas. Esperan lo peor. Desde el ámbito privado alertaron que las pretensiones generalizadas de exigir mejoras de sueldos superiores al 30% -a caballo de las previsiones de inflación que elaboran las consultoras, bastante alejadas de las demasiado optimistas estimaciones oficiales- son definitivamente exorbitantes, tanto que el propio Gobierno nacional tuvo que salir a pedir prudencia a los gremios a la hora de los reclamos. 

La preocupación oficial es de máxima: se teme que el proceso se lleve por delante nada menos que el propio "modelo" económico que promueve la gestión de la presidenta Cristina Fernández. El clamor tuvo su respuesta: la poderosa CGT evitó sugerir porcentajes para los reclamos salariales -aunque no fijó un "techo"-, con la aclaración de que las negociaciones no tomarán como base los cuestionados guarismos sobre costo de vida que arroja el intervenido Indec. En Tucumán, los sindicatos que representan a las principales actividades productivas -la azucarera y la citrícola- ya velan armas y anticipan que los planteos no serán precisamente moderados.

La carrera contra los precios

Según un informe del Centro de Estudios Económicos del Banco Ciudad de Buenos Aires, el sector privado registrado lideró las subas salariales de 2010, con un 29%, y fue el único segmento que pudo ganar la carrera contra la inflación. Desde una óptica de largo plazo, los asalariados del sector privado registrado son los únicos que han logrado mejorar su poder adquisitivo respecto del tramo final de la Convertibilidad, con un alza acumulada del 16%. En este segmento, con fuerte representación gremial, se han ido realizando un creciente número de acuerdos, cada vez a más corto plazo, para hacer frente a la escalada inflacionaria. 

El sector privado informal, en tanto, representa a más de un tercio del total de ocupados y sus ingresos se vienen ajustando de manera descoordinada y con altibajos frente a la inflación, acumulando una baja de 3% en términos reales desde fines de 2001. Pero el caso más dramático quizás sea el del sector público, donde a pesar de contar con representatividad gremial, los salarios vienen corriendo sistemáticamente de atrás a la inflación y acumulan una pérdida de poder adquisitivo de 27% desde la devaluación. Aquí, la estrategia gubernamental viene siendo minimizar los aumentos salariales, destinando los mayores recursos a la contratación de más personal.

Con la mirada puesta en la competitividad, los aumentos salariales comienzan a golpear a los sectores más expuestos al avance importador, particularmente la industria. El Banco Ciudad destaca que las crecientes remuneraciones nominales (en línea con la inflación), junto con un tipo de cambio relativamente estable, explican el avance de los salarios en dólares, que para el promedio de la economía ya recuperaron los niveles de 2001, superándolos en un 60% en el caso industrial.

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