Los nuevos casos desorientaron a las autoridades ambientales

"Es lógico que en Santiago digan que arrojaron vinaza al río. Es un desecho que causa ese tipo de daño, pero no hay nada comprobado aún", explicó a LA GACETA Daniel Manso, titular de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos de Tucumán. "Si fuera así, los empresarios tucumanos tirarían por la barranca todo el trabajo de un año que realizamos desde nuestra repartición", lamentó el funcionario y admitió la dificultad para dilucidar el asunto. "La logística y la disponibilidad de personal no alcanzan para determinar fehacientemente a los autores de la contaminación, si es que esto produjo la mortandad de peces", aseguró y apuntó que no podría asegurar que la vinaza se vuelca de noche, cuando ocurren lluvias fuertes.

Por su parte, el secretario de Medio Ambiente de Tucumán, Alfredo Montalván, dijo que la mortandad data de hace siete días y el personal afectado al monitoreo de la Cuenca Salí-Dulce -junto con sus pares santiagueños- no detectó anormalidades en las lagunas de sacrificio, donde los ingenios acumularon la vinaza después de la producción azucarera. "Realmente nos sorprendió esta mortandad. Creíamos que la situación estaba controlada después de la resolución que obligó este año a las empresas a evitar el vuelco de líquidos al río y de aplicarles las multas", confesó el funcionario y estimó que en la última lluvia, que levantó el caudal de los ríos, puede haber arrastrado desechos y sedimentos industriales acumulados, causando la mortandad de peces, aunque dijo que espera el informe definitivo.