Más que angustiarse, hay que ponerle pilas al primer empleo

Más que angustiarse, hay que ponerle pilas al primer empleo

Pedir ayuda y no tomar decisiones apresuradas, dos recetas para arrancar con el pie derecho. Volcar lo aprendido en la universidad suele ser algo traumático. Es necesario tomar el toro por las astas y tirar para adelante.

OPTIMISMO. El miedo paraliza, pero el buen ánimo y la proactividad ayudan a vencerlo. OPTIMISMO. El miedo paraliza, pero el buen ánimo y la proactividad ayudan a vencerlo.
07 Diciembre 2010
El año está llegando a su fin, muchos jóvenes secundarios y universitarios están terminando sus estudios y, durante período, aspiran a conseguir un buen empleo. Obtener el primer trabajo es una tarea muy importante para la vida profesional de cualquier persona por la experiencia que aporta, y como toda primera vez es probable que invadan los nervios y las inseguridades.

Frente a este escenario, el portal de empleos Trabajando.com, sugiere una serie de pasos con el fin de hacer menos traumático la inserción laboral en un mundo que, en muchos casos, es demasiado competitivo y hasta muy exigente para los jóvenes.

No hay que angustiarse demasiado. Hay que tener claro que no resolver situaciones o cometer errores, es normal en este proceso novedoso, por lo que si las cosas no resultan como se desean, no hay porque angustiarse, sino tratar de pensar que las cosas mejorarán..

Lo desconocido asusta. No obstante, es esencial confiar en lo que uno sabe, en las capacidades adquiridas y en la razón por la cual se ha llegado a esa instancia. Lo fundamental es tener las ganas de aprender y avanzar.

Saber posicionarse, esa es la cuestión. En cuanto al día a día en la oficina, existen algunas recomendaciones que se deberían llevar a cabo para adquirir más seguridad y confianza en el lugar de trabajo. En este sentido la integración con los pares es fundamental; se debe sociabilizar desde el principio, por ejemplo en los breaks o en la hora del almuerzo. Esos momentos pueden ser una buena ocasión para conocer a los compañeros y viceversa.

Con todos los sentidos en alerta. Idealmente, desde el principio hay que estar atento, oír y aprender. Lo más probable es que se hagan esquemas respecto sobre cómo funciona el nuevo lugar de trabajo, que se identifique a quiénes son los más cercanos colaboradores y además, poco a poco se irá comprendiendo cuáles serán las principales tareas.

Pedir ayuda no es pecado. Es necesario que "el nuevo" se tome todo con calma y vaya poco a poco cumpliendo sus obligaciones, en caso de necesitar ayuda, es ideal apoyarse en los compañeros y superiores, sobre todo en aquellos que estuvieron presentes desde un principio.

Siempre hay que estar dispuesto a aprender. En general, y desde el primer día de trabajo, la recomendación es tener una actitud positiva y alerta para aprender. Tener confianza en que paulatinamente se irá mejorando el desempeño, ya que se irán automatizando los procesos y se obtendrá la confianza suficiente para aportar y ser proactivo en el día a día. Hay que demostrar que uno es un buen elemento, pero cuidado con cambiar la forma de ser por agradarles a los demás.

No hay que tomar decisiones apresuradas. Si por el contrario, el trabajo no satisface las expectativas deseadas, no hay que asustarse, no es extraño que esto ocurra, pero no hay que tomar ninguna decisión apresurada; sólo es cuestión de esperar un tiempo, idealmente de seis meses a un año. Muchas veces las cosas no son lo que parecen y los primeros días no marcan la pauta de lo que será tu trabajo.

"Esta nueva etapa es ciertamente un desafío, pero si tenés una actitud positiva, sos un profesional responsable y proactivo, te convertirás en un miembro importante de la organización y esto ciertamente se verá retribuido en el mediano o largo plazo", aconseja Pablo Molouny, gerente general de Trabajando.com Argentina.

Buena y mala gente
Pese a que la oficina o la empresa suelen ser ámbitos demasiados competitivos, donde el nuevo representa para algunos una cierta amenaza a su estabilidad, Molouny afirma que dentro de ese grupo también hay personas predispuestas a ayudarles. "Lo ideal es apoyarse en ellas con el fin de aprender sobre el funcionamiento de la empresa y sobre las relaciones al interior de la organización", indica. En el período de aprendizaje o de adaptación, lo malo es no sacarse las dudas y preguntar cuando no se conoce sobre un determinado tema y trata de solucionarse con soluciones propias. "Es mejor pecar de preguntón, más que tomarse libremente atribuciones que pueden traducirse en errores o incomodidades", sugiere Molouny.

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