Actitud oscilante de EEUU con los Kirchner

Actitud oscilante de EEUU con los Kirchner

Los cables difundidos evidencian el interés de Washington en controlar América Latina, luego de haberse dedicado a otras latitudes. Cambio en la estrategia del gobierno argentino, que se sumó al grupo de los moderados. El peso de la muerte de Néstor Kirchner.

ENCUENTRO. En abril pasado, Cristina Fernández y Barack Obama mantuvieron una reunión en un aparte de la cumbre mundial sobre seguridad nuclear. DYN ENCUENTRO. En abril pasado, Cristina Fernández y Barack Obama mantuvieron una reunión en un aparte de la cumbre mundial sobre seguridad nuclear. DYN
06 Diciembre 2010
BUENOS AIRES.- Las revelaciones de Wikileaks desnudaron la ansiedad de los Estados Unidos por recuperar el control de lo que denomina Hemisferio Occidental, pero también mostraron un giro del gobierno de Cristina Fernández con respecto a Washington.

Después de haber descuidado a su patio trasero por sus prioridades en otras regiones del mundo, la Casa Blanca trató en los últimos años de aislar o contener a Hugo Chávez por medio de sus gobiernos más cercanos en Latinoamérica.

Bajo esa premisa se inscribe la oscilante relación que Estados Unidos mantuvo con los Kirchner y que queda de manifiesto en los cables "desclasificados" del Departamento de Estado que hoy conduce Hillary Clinton.

Los gobernantes argentinos tuvieron comportamientos contradictorios hacia la potencia norteamericana, con denuncias públicas permanentes que parecieron contradecir los mensajes reservados hoy revelados. Lo cierto es que nunca fueron santos de la devoción de Washington, pero podían llegar a funcionar como puente con el eje bolivariano.

No es nuevo: los mismos funcionarios argentinos se cansaron de jactarse por el hecho de ser necesarios para la Casa Blanca precisamente por su llegada a los gobiernos de la Alianza Bolivariana para los pueblos de América (ALBA). En situaciones similares a las de la Argentina quedaron los gobiernos de Brasil, México y Chile, a los que el "cablegate" mostró hablando de la "contención de Chávez" y de sus aliados.

La gran pregunta es si la información filtrada por Wikileaks es sólo chusmerío (parece demasiado banal el concepto para hablar de información reservada sobre países) o una caja de pandora con futuro de bomba de acción progresiva.

La respuesta la tiene el tiempo. Sólo una mínima cantidad de cables reservados fueron revelados hasta ahora de los 2.300 que hay anunciados sobre la región.

Parte de este nuevo escenario incierto se vio en Mar del Plata. Durante la Cumbre Iberoamericana hubo una sorda puja sobre la importancia que se le iba a asignar el tema. Los gobiernos de izquierda, que de alguna manera fueron blanco principal de los cables reservados, buscaron que el foro se convirtiera en su parlante y los más moderados quisieron esconderlo debajo de la alfombra roja del Hotel Provincial.

Con los moderados

Quizá la gran revelación de la cumbre fue que la Argentina definitivamente se puso del lado de los moderados como nunca antes en el ciclo kirchnerista.

Esto pese a que en los cables aparecen excesos como el pedido de informes sobre la salud psicológica de la presidenta o cuestiones graves como las presuntas vinculaciones de Aníbal Fernández con el narcotráfico. Por episodios bastante menores, la reacción argentina fue explosiva en años anteriores.

Queda la duda si la ausencia física de Néstor Kirchner fue determinante para el giro; si hubo discreción porque el Gobierno teme nuevas revelaciones o si simplemente porque necesita construir otra relación con Estados Unidos para consolidar su ya evidente intento por mejorar su reputación internacional.

Los funcionarios argentinos hablan de un circulo virtuoso dibujado a través de la normalización de las estadísticas del Indec -para lo cual se convocó nada menos que al FMI-, un acuerdo con el Club de París y la llegada de un flujo de inversiones como el de sus vecinos disciplinados. En todo este proceso la cooperación estadounidense puede ser central. (NA)

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