04 Diciembre 2010
CANCÚN, México.- La primera semana de la cumbre del clima que se realiza en Cancún, terminó con una serie de acusaciones y reproches por parte de líderes como el presidente del Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que la condenó al fracaso. Desde Brasilia, donde anunció una caída del 14% en el ritmo de destrucción del bosque amazónico brasileño, Lula confirmó que no asistirá a Cancún, porque "terminará en nada".
Según Lula, en la XVI Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP-16), en México, "no habrá un avance". "Lo importante es que nosotros estamos cumpliendo el compromiso que hemos asumido aquí en Brasil, y no necesitamos favores para hacerlo. Lo haremos porque es nuestra obligación", agregó el mandatario.
La respuesta llegó de parte de la secretaria ejecutiva de la COP-16, Christiana Figueres, que señaló que la cita "jamás se organizó como una cumbre de jefes de Estado". Y replicó que una treintena de jefes de Estado y de gobierno han confirmado su asistencia a Cancún -en Copenhague fueron más de un centenar-, y aseguró que se llegará a acuerdos importantes.
Por su parte, el representante de México para el Cambio Climático, Luis Alfonso de Alba, insistió en que Cancún no resolverá todos los problemas sobre el calentamiento global, pero dará pasos sustantivos y concretos para solucionarlos.
Las críticas también llegaron del lado de la delegación boliviana, que acusó a un grupo de países ricos, encabezados por EEUU y Japón, de obstruir cualquier negociación para reducir los efectos del cambio climático.
El Protocolo de Kyoto, que expira en 2012, obliga a las naciones desarrolladas, que figuran en el anexo 1, a reducir sus emisiones a un porcentaje determinado respecto de las correspondientes a 1990. Es justamente ahí donde surgen las mayores controversias, porque los países ricos pusieron sobre la mesa cifras de reducción sustancialmente menores a las exigidas. En este sentido, EEUU y China nunca adhirieron al tratado, al igual que Japón, que pide que se adhieran con el compromiso de respetar lo pactado.
El lunes, con el comienzo del segmento de Alto Nivel, los jefes de las delegaciones se abocarán a la negociación final para llegar a algún resultado. (DPA)
Según Lula, en la XVI Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP-16), en México, "no habrá un avance". "Lo importante es que nosotros estamos cumpliendo el compromiso que hemos asumido aquí en Brasil, y no necesitamos favores para hacerlo. Lo haremos porque es nuestra obligación", agregó el mandatario.
La respuesta llegó de parte de la secretaria ejecutiva de la COP-16, Christiana Figueres, que señaló que la cita "jamás se organizó como una cumbre de jefes de Estado". Y replicó que una treintena de jefes de Estado y de gobierno han confirmado su asistencia a Cancún -en Copenhague fueron más de un centenar-, y aseguró que se llegará a acuerdos importantes.
Por su parte, el representante de México para el Cambio Climático, Luis Alfonso de Alba, insistió en que Cancún no resolverá todos los problemas sobre el calentamiento global, pero dará pasos sustantivos y concretos para solucionarlos.
Las críticas también llegaron del lado de la delegación boliviana, que acusó a un grupo de países ricos, encabezados por EEUU y Japón, de obstruir cualquier negociación para reducir los efectos del cambio climático.
El Protocolo de Kyoto, que expira en 2012, obliga a las naciones desarrolladas, que figuran en el anexo 1, a reducir sus emisiones a un porcentaje determinado respecto de las correspondientes a 1990. Es justamente ahí donde surgen las mayores controversias, porque los países ricos pusieron sobre la mesa cifras de reducción sustancialmente menores a las exigidas. En este sentido, EEUU y China nunca adhirieron al tratado, al igual que Japón, que pide que se adhieran con el compromiso de respetar lo pactado.
El lunes, con el comienzo del segmento de Alto Nivel, los jefes de las delegaciones se abocarán a la negociación final para llegar a algún resultado. (DPA)
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