13 Septiembre 2010
La piedra fundamental de nuestro progreso y, por ende, de nuestra permanencia en el medio, es el trabajo diario. Mi padre, que pasó la barrera de los 80 años, sigue trabajando todos los días. Fue constante su tesón para conseguir, primero, sacar a la empresa del llano y, más tarde, mantenerla siempre sólida con el fin de poder enfrentar los diferentes cambios que presenta la economía de nuestro país. Nuestro abuelo paterno, don Carlos Giacosa, nos enseñó que no existen fórmulas mágicas para el crecimiento empresarial. Insisto: sólo el trabajo puede llevar a una persona a tener lo necesario para vivir dignamente.
Nada sencillo
No es nada sencillo construir una empresa familiar exitosa. La ventaja es que todos buscamos un fin predeterminado con la tranquilidad de saber que nos cuidamos mutuamente las espaldas. Esta es una enseñanza de por lo menos tres generaciones anteriores; en mi caso, ya estoy educando a mis hijos con la misma vocación y principios de trabajo familiar. Con esta base de confianza recíproca se puede dividir la fuerza sin perder potencia.
Complementado con permanentes actualizaciones y asesoramientos, creemos que este esquema de trabajo en conjunto nos seguirá permitiendo trabajar largo tiempo en la tierra que recibieron nuestros abuelos.
Nada sencillo
No es nada sencillo construir una empresa familiar exitosa. La ventaja es que todos buscamos un fin predeterminado con la tranquilidad de saber que nos cuidamos mutuamente las espaldas. Esta es una enseñanza de por lo menos tres generaciones anteriores; en mi caso, ya estoy educando a mis hijos con la misma vocación y principios de trabajo familiar. Con esta base de confianza recíproca se puede dividir la fuerza sin perder potencia.
Complementado con permanentes actualizaciones y asesoramientos, creemos que este esquema de trabajo en conjunto nos seguirá permitiendo trabajar largo tiempo en la tierra que recibieron nuestros abuelos.
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