El empate permanente

El empate permanente

Diego Dulce - Columnista de DyN.

01 Marzo 2010
BUENOS AIRES.- La principal noticia política que dejó la primera sesión de la Cámara Alta fue que el Senado se moverá en un estado de empate permanente y que los resultados en cada ocasión dependerán de cómo se mueva el oficialismo y la oposición para conseguir apoyo. Para entender lo que pasó y va a pasar en el Senado en los próximos meses conviene partir de esa premisa, que surge de los hechos, y dejar de lado la idea de que la oposición tiene mayoría propia, o el bloque oficialista tiene más derechos porque es por lejos la primera minoría. El estado de empate surge del resultado electoral del 28 de junio: el oficialismo quedó con 32 senadores propios y tres aliados provinciales; en total, 35. La oposición se convirtió en un conglomerado de expresiones políticas dispersas en una veintena de bloques que suman 31. Y en medio de ellos, se abrió un espacio de seis legisladores, muy cerca y muy lejos unos y otros, que se hacen de fiel de la balanza y pueden inclinar los platillos en cualquiera de las dos direcciones. A diferencia de Diputados, que en cada elección de dos años, renueva la mitad de los miembros, el Senado recambia sólo un tercio, y por eso es una Cámara más estable en su composición. Diputados de 2009 recibió de lleno el impacto de una opinión general adversa al Gobierno y dejó al oficialismo lejos del quórum propio. En el Senado, el cambio se notó con fuerza, pero dejó al sector "K", muy cerca de la mayoría. Es verdad que el oficialismo perdió la mayoría, pero eso no alcanza para deducir que la oposición la tenga asegurada. El oficialismo se quedó sin la mayoría automática que tuvo desde 2003, pero el carácter de automático no lo heredó la oposición. El primer hecho mostró que en este, y casi todos los temas, le será duro a la oposición y deberá negociar mucho para llegar al mágico número 37. Si no es por argumento, será por otro. En el futuro todos y cada uno de los votos tendrán que ser trabajados. No sólo por la oposición. El bloque "K" está lleno de ruidos internos con críticas más o menos desembozadas que no generan ninguna seguridad de permanencia de varios senadores al abrigo de lo que alguna vez fue un cálido regazo, calentado por el sol del poder. El estado de empate puede ser el mejor condicionante para que se sienten a dialogar.

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