22 Enero 2010
JUGOSAS Y EXQUISITAS. De queso, mondongo, carne de vaca o gallina, la empanada es la tradicional entrada. LA GACETA / JOSE NUNO
Al ingresar en la casona de comienzos del siglo XX, en Laprida 866, es imposible no acordarse de la niñez, de la casa de la abuela y muy especialmente de su cocina. En "La Corzuela" se respira el aroma de la comida casera, de los típicos platos criollos preparados en horno de barro a leña, como las jugosas empanadas de queso, carne, mondongo o gallina o el lechón aliñado con hierbas y especias aromáticas. La ambientación del restaurante también gatilla la nostalgia de los tiempos idos: antiguos muebles macizos de roble, cueros curtidos, cantimploras, lazos, un viejo reloj de pared, boleadoras y artículos de platería están a tono con las especialidades que ofrece la casa al comensal. "Hace 15 años abrimos este local y desde entonces trabajamos todo el año. Tenemos nuestra fiel clientela, aunque también vuelven los turistas que alguna vez probaron nuestros platos y otros nuevos que llegan recomendados", cuenta Luis Crimi, que le imprimió a la casa un estilo campestre. Tamales, humita en chala, humita en olla con queso y "ají frito", locro, cazuela de cabrito, cazuela de mondongo, cazuela de lentejas y puchero a la española son la especialidad de "La Corzuela". Pero también prepara pastas, paellas, mariscos y platos con carnes rojas y blancas. Cuenta además, con exquisitos postres criollos: zapallo y cayote con nuez, quesillo con miel de caña, flan, budín, arroz con leche y una gran variedad de panqueques.
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