La fuerza de la realidad como factor decisivo para la educación

La fuerza de la realidad como factor decisivo para la educación

Educación: Padres, maestros y políticos, Pablo da Silveira (Taurus - Buenos Aires). Por Beatriz E. de Parolo.

06 Diciembre 2009
Pablo da Silveira, doctor en Filosofía por la Universidad de Lovaina (Bélgica), se desempeña en la actualidad  como director del Programa de Gobierno de la Educación en la Universidad Católica del Uruguay. El mensaje que el filósofo pretende transmitir a padres, maestros y políticos consiste en insertar, como factor decisivo de la problemática de la educación, a la fuerza irrefrenable de la realidad. Por lo tanto, la educación sufre ineludibles modificaciones, ampliamente estudiadas a lo largo de su historia, y que en nuestros tiempos resultan absolutamente vertiginosas.
Las aludidas reformas se sucedieron desde fines del siglo XIX, en ritmo acorde con su tiempo; por lo tanto propusieron una serie de nuevos enfoques de larga permanencia. Esto es: la intervención del estado -mediante su gestión- en cuanto al acceso a la educación básica asegurada a todos; la educación puesta en manos de  profesionales; la toma de decisiones de manera centralizada, por citar los principales núcleos en cuestión.
Por lo anunciado, la sociedad se lanza a replantear e interpelar todas las rutinas y "verdades" en relación al proceso educativo a fin de afrontar nuevos desafíos que, obviamente, implican cambios. Cambios en los que están involucrados todos los "actores" ya mencionados del hacer educativo: padres, docentes, responsables políticos y, evidentemente, Estado.
Con lenguaje de fácil comprensión, y a su vez  dotado de belleza literaria, desde la mirada de lo multidisciplinario el autor instala interrogantes contundentes como: ¿la educación debe ser obligatoria y gratuita? ¿Qué significa "gobierno de la educación"? ¿Es el Estado el encargado de proporcionarla y la escuela el único lugar donde se imparte? ¿Por qué los alumnos no pueden decidir la educación que prefieren? ¿Escolarizar es lo mismo que enseñar? ¿Sólo los docentes están capacitados para enseñar? ¿Cómo tratar la diversidad?
El libro resulta un tanto extenso, pero debemos destacar  la solidez intelectual que lo respalda. La organización de contenidos elegida es impecable: en primer término, discusiones teóricas; en segundo lugar, interrogantes que se imponen; y, finalmente, propuestas alternativas de organización de la enseñanza.
Entre los hallazgos del autor señalamos particularmente la conclusión que cierra el libro cuyo meollo resume el espíritu de la obra: "Si no nos damos el tiempo de pensar antes de actuar, terminaremos por adoptar soluciones erráticas o quedaremos presos de los intereses en juego" .
En suma, como es fácil inferir, un libro para especialistas y responsables de la educación popular.
© LA GACETA

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