Según los vecinos, el templo budista cambió el paisaje

Construcción atípica. Se quejan de que la fisonomía de la zona residencial se transformó, y por ello las propiedades se devaluarían.

EN REGLA. El Código de Planeamiento de la ciudad permite levantar más de dos pisos, aun en esta zona. EN REGLA. El Código de Planeamiento de la ciudad permite levantar más de dos pisos, aun en esta zona.
20 Febrero 2003
Los vecinos de El Corte, en Yerba Buena, eligieron vivir allí por la tranquilidad de la zona; por el clima más fresco; por la naturaleza y especialmente, por la vista panorámica que tienen de la ciudad desde sus casas. Sin embargo, algunos habitantes de avenida Aconquija al 5.200 perdieron esa vista a causa de una construcción atípica, de cuatro pisos, que hicieron los monjes budistas para ampliar su templo.
"Mi propiedad se devaluó en un 50 %, al igual que la calidad de vida en mi casa, desde que los monjes levantaron su templo. No sólo me quitaron la vista espectacular que yo tenía desde un ventanal, sino que además hicieron una inmensa pared refleja un calor insoportable. Me cambiaron la vida", se quejó Gloria Araujo de Pinello, quien vive justo al lado del predio budista.
Según la mujer, no deberían permitirse esas construcciones tan altas en El Corte, ya que se trata de una zona residencial, donde lo más importante es el paisaje. "Si lo permitimos una vez, esto puede dar pie a que se construyan muchos otros edificios iguales que cambiarían la fisonomía del lugar", agregó.
Marta, otra vecina que no quiso dar su apellido, comentó que a pesar de que los monjes budistas respetan totalmente la vida de los habitantes del lugar, desde que ellos levantaron dos pisos más en su edificio, la gente de la zona ha perdido la intimidad. "Nos afectó mucho porque hicieron ventanales desde donde se veía toda la vida de los vecinos. Deberían haber elegido otro sitio para meditar", explicó.

Dentro del código
Desde el otro lado de la muralla, el sunim (maestro, sacerdote) Chong Hyop sostiene que la construcción respeta el Código de Planeamiento Urbano, y que los planos fueron aprobados por la Municipalidad. Dijo, además, que eligieron ese lugar para hacer sus prácticas de budismo por la tranquilidad y por la comodidad. "Tuvimos que hacer más pisos en la casa porque viene mucha gente a meditar y ya no tenemos espacio", argumentó.
Por otra parte, el ingeniero Federico de Zavalía, director de Catastro de la Municipalidad de Yerba Buena, explicó que en la "Ciudad Jardín" existe un Código de Planeamiento que permite construir más de dos pisos y que, por lo tanto, los budistas de El Corte tienen los permisos legales para edificar.
Sin embargo, el experto agregó que de acuerdo con su criterio es necesario cambiar el Código de Planeamiento Urbano y no permitir que se construya más de 13 metros de altura (tres pisos aproximadamente). "Debemos considerar que se trata de una ?ciudad jardín? y que hay que respetar el verde y el paisaje, y no tapar el sol ni la vista natural que tienen cada vivienda, y que conforman la esencia de la zona. Para esto es necesario hacer un estudio muy complejo", finalizó.


Por la crisis, el budismo conquista adeptos

Al templo que tienen los budistas en El Corte, muchas personas van a diario a meditar y en busca de paz, de tranquilidad y del contacto con la naturaleza.
En 1991 llegó a Tucumán un grupo de maestros seguidores de Buda, provenientes de Corea del Sur. A través de la filosofía oriental buscan la purificación y el perfeccionamiento del hombre. Desde hace más de una década, cada vez más gente se interesa en la práctica de la meditación en el centro "Han-Man-Hum" (Unica Alma).
Chong Hyop, quien está al frente del templo, explicó que el budismo procura que cada persona logre conocerse a sí misma, su esencia, la que no se considera individual, sino universal. El monje dijo que con la crisis han aumentado los problemas personales y por lo tanto la búsqueda de tranquilidad se convirtió en una constante entre la gente. Por eso, en la actualidad más de 100 tucumanos concurren al templo. "Sólo con armonía se puede conseguir un cambio profundo. No se puede discutir y culpar siempre a los otros. Es necesario meditar y encontrar las fallas de cada uno para solucionar la crisis", remarcó.


Los taxistas luchan en contra de los transportes ilegales
Desde hace unos días, los habitantes y los taxistas de Yerba Buena son testigos de la proliferación de taxis y remises ilegales. Las autoridades se esfuerzan por eliminarlos, pero no dan abasto.
Hay sólo cuatro agencias habilitadas en Yerba Buena. Y sólo 120 taxis y 80 remises tienen licencias para trabajar, según informó Ricardo Salomón, director de Tránsito de la Municipalidad. Sin embargo, cuando llega el fin de semana Yerba Buena recibe la visita de 160.000 personas. Eso determina que la ciudad se llene de remises y de taxis "truchos", según denunciaron los propios trabajadores del volante.
"Ellos no pagan nada y nos quitan trabajo. Es muy injusto. Algunos autos no tienen ni patente ni seguro. Son generalmente autos viejos. Son un peligro andante", se quejó el remisero Miguel Leitos. Marcelo Ranelli, de otra remisería, denunció que incluso dentro de las agencias circulan los ilegales. "No se controla nada; no podemos trabajar así", sostuvo.
Otro problema que tienen los choferes es que muchos taxistas de la capital van a trabajar a Yerba Buena aunque no está permitido. Según Salomón, cada municipalidad establece que si un chofer saca una licencia de una ciudad puede ingresar a otra, pero no volver con pasajeros.
"Vienen miles de remiseros y taxistas los fines de semana y llevan pasajeros a toda hora. Están por todas partes y nadie les dice nada. Nos perjudican porque para no volver vacíos al centro ofrecen tarifas más bajas y dejan subir al vehículo más pasajeros que lo que se permite", se quejó el taxista Rubén Bustos.
Los agentes del Transporte están al tanto de esta problemática y tratan de controlarla cada fin de semana. "La movida dura hasta las ocho, y nosotros tenemos inspectores sólo hasta las cinco.
Además, la mayoría de los que vienen a la ciudad desde el centro son jóvenes. Sus padres encargan al mismo taxista que los lleve y que los busque. Nosotros no podemos meternos en eso porque es algo privado", se excusó Salomón.

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