Cómo influir en los demás y trascender en el trabajo

Cómo influir en los demás y trascender en el trabajo

En las empresas, los líderes ya no tienen sólo que mandar y controlar; ahora deben construir confianza y estimular a sus colaboradores. Predicar con el ejemplo y construir relaciones en las que uno cuide del otro son los paradigmas que sobresalen actualmente.

SE NACE Y SE HACE. Influenciar a los demás es un talento que se aprende y se cultiva a través de la experiencia en la conducción de recursos humanos. SE NACE Y SE HACE. Influenciar a los demás es un talento que se aprende y se cultiva a través de la experiencia en la conducción de recursos humanos.
14 Abril 2009

Michael Jordan, unas de las principales estrellas del básquet que pasó por la NBA, fue tentado por otros clubes a abandonar su equipo, Chicago Bulls, cinco veces campeón. Su respuesta siempre fue "No". Cada vez que un periodista le preguntaba por qué seguía tan firme en su decisión de continuar en Chicago, él contestaba: "no quiero dejar a mi entrenador Phil Jackson, ya que gracias a él dejamos de ser un conjunto de buenos jugadores para conformarnos en un equipo ganador. El logró sacar lo mejor de cada uno y a mí me convirtió en el mejor". Cuando Jackson paso a Los Angeles Lakers, con su dirección técnica obtuvieron el campeonato de la NBA. No bien terminó el partido final que los convirtió en campeones la figura del equipo: Shaquille O´Neal reconoció y agradeció públicamente al generador de este gran éxito: su entrenador, Phil Jackson.
La buena influencia de un líder puede generar altos rendimientos en cualquier empresa, como fue el caso de Jackson en la NBA. El liderazgo es el arte de ejercer influencia en empleado y en colaboradores, indica a LA GACETA José María Blunda, experto en Gestión de Recursos Humanos. Y afirma: "los líderes ya no tienen principalmente que mandar y controlar, pilares del viejo modelo; por el contrario, el contexto actual les exige que sean capaces además de construir confianza y estimular a sus colaboradores para que estos se comprometan con el alto rendimiento y la mejora permanente".

Poder y autoridad
En su libro "La Paradoja", James Hunter plantea la sustancial diferencia entre poder y autoridad. Expresa que el poder es la capacidad de una persona para forzar a que alguien haga algo, aunque esa persona preferiría no hacerlo. Este poder lo otorga el lugar formal en un organigrama, que hace que los jefes puedan mandar, dar órdenes, acota Blunda. Si bien es efectivo para encomendar tareas, produce un notorio desgaste en las relaciones. Ultimamente la gente en las empresas rechaza y cuestiona el poder, por los cuantiosos abusos que se cometen, apunta el experto. A diferencia del ejercicio del poder, ejercer la autoridad es para el autor la capacidad de que la gente haga algo porque además del pedido del jefe, las personas tienen intenciones de hacerlo. Ponen su voluntad y deseo al servicio de la acción. "Hoy, nuestras organizaciones necesitan más de la autoridad entendida como el arte de influir y necesitan también que los jefes entiendan que ejercer el poder sería válido cuando no queda más remedio, que no quedaba otra instancia que recurrir a él", puntualiza.
"Cuando se analiza y recuerda a personas que ejercieron autoridad e influenciaron en nuestro ser y acto seguido intentan recordar cualidades y fortalezas de esas personas, se recuerdan de ellas cuestiones como capacidad de trabajo y esfuerzo, preparación e idoneidad, respeto y escucha, optimismo, pasión, por nombrar algunas de ellas", indica Blunda (su blog es http://www.nuestromaximocapital.blogspot.com). Todas cuestiones que lejos de ser propios de la herencia y talento, son aprendidas y entrenadas por la experiencia. Esto cuestiona el supuesto que para influenciar en los demás, hay que nacer con un talento especial. "Simplemente todo lo contrario; hay que tener el firme propósito de moldear el carácter y permitir que se expresen en él, cosas que se pueden adquirir", agrega.
Blunda se adhiere al principio de que lo que "somos y hacemos" tiene más poder de influencia en los demás, de lo que "decimos". "No podemos pedir a una persona, conductas y actitudes que no reflejamos", puntualiza. También es necesario reconocer que la influencia en colaboradores dependerá no sólo de nuestra habilidad y coherencia personal, sino también de la decisión final de cada persona en dejarse influir y tomar como válido lo que pregonamos. "Las personas que quieren inspirar autoridad e influencia necesitan reconocer la libertad de elección y la decisión de las personas a las que quiere impactar. De lo contrario, sólo se estará ejerciendo el poder que el cargo o la posición ostenta", finaliza.

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