La escuela ideal para chicos con vocación artística

"Si hay una destreza especial para la música, esta se hace evidente desde muy temprano en los niños; tanto un bailarín como un músico pueden ser descubiertos desde los cinco años, o quizás antes. Con la adecuada preparación, un chico de 15 años puede tranquilamente estar integrando una orquesta", afirma Ramón Víctor Juárez, director de la Escuela Superior de Educación Artística (ESEA).
"Los papás que se acercan a la escuela suelen comentarnos que su hijo se ofrecía siempre para actuar en el acto de música del jardín, que bailaba por iniciativa propia apenas sonaba una canción o que él solo sacaba desde muy pequeño melodías en su organito de juguete", relató Gabriela Sánchez, psicóloga de la misma institución. "Es fundamental que los padres aprendan a escuchar y darles importancia a las inquietudes de los chicos para poder canalizarlas debidamente", agregó la profesional.
"Mucha gente desconoce la existencia de la ESEA, que es una escuela pública y gratuita en la que los chicos pueden desarrollar sus aspiraciones artísticas desde los cinco años en los talleres para niños o más adelante en los de jóvenes y adultos. Luego pueden cursar su secundaria con orientación en comunicación, arte y diseño, en la que, además, transitan lo que se llama Trayecto Artístico Profesional (TAP) en música o danza, egresando con un título de nivel superior, similar a los de una escuela técnica", explicó Sánchez.
Por otro lado, la ESEA ofrece en su horario nocturno el profesorado en Danzas con orientación en expresión corporal. El egresado de esa carrera puede desempeñarse en el sistema educativo formal en el nivel inicial, EGB 1, 2 y 3 y polimodal. "Durante su estadía en la escuela los alumnos llevan a cabo pasantías en las orquestas de la provincia, en la Banda Municipal y en el Ballet Estable, teniendo así un contacto directo con el mundo profesional del arte", afirmó el director. En estos últimos tiempos cobraron protagonismo los programas televisivos que muestran todo tipo de talentos con la promesa de lanzarlos al estrellato. Esta situación preocupa a docentes como la profesora Silvia Quírico, que dicta materias en la ESEA y en la Facultad de Artes de la UNT: "cuando los padres detectan en sus hijos una inclinación a la música o al baile, deben procurar darles las herramientas para que sus hijos se formen artísticamente más que buscar exhibirlos; nuestra escuela es un ámbito que dispone de los medios apropiados para brindar esa contención", enfatizó Quírico.